...CAVILACIONES
Cuentan que un gran filósofo
trabajaba todos los días en la búsqueda del sentido último de la existencia.
Había dedicado los mejores años de su vida a tratar de dar respuesta a este
profundo interrogante.
Había consultado a los más
grandes sabios que la humanidad había tenido en todos los tiempos; había leído
todos los tratados científicos, había visitado las universidades y las
bibliotecas más importantes del mundo; pero nunca pudo encontrar una respuesta
satisfactoria a este torturante enigma que le afligía.
Una tarde que estaba en su casa,
sus cavilaciones filosóficas fueron interrumpidas por la risa de su pequeña
hija de cinco años que jugaba alegremente en el jardín. Molesto se acercó a
ella, la tomo por los hombros y sacudiéndole con violencia le pregunto a
gritos:
- Sabes para que estas en el mundo y en la vida? A lo que la niña respondió
con profunda ternura mientras le abrazaba:
- Si, para amarte a ti papá.
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