Después de las controversias de Jesús con los fariseos
a causa del sábado y del ayuno, el Evangelio presenta una escena diferente:
Jesús va con sus discípulos a la orilla del lago y le sigue mucha gente. El
evangelista menciona regiones del país de Jesús (Galilea y Judea) junto a otras
fronterizas: Idumea que se hallaba en el desierto del sur, y Tiro y Sidón, dos
ciudades fenicias ricas y famosas.
La geografía, enseñanza sobre el amor de Dios.
El evangelista menciona en el texto de hoy regiones
judías (Galilea, Judea, Jerusalén). También son citadas dos ciudades paganas,
Tiro y Sidón, pertenecientes a Fenicia. La lista incluye a enemigos
tradicionales de los judíos como eran los habitantes de la región de Idumea,
situada en el desierto del sur. Incluir estas regiones paganas equivale a
decir: la salvación de Dios es universal; llega también a quienes no son
judíos.
Sidón y Tiro
Tiro y Sidón eran dos ciudades fenicias situadas al
norte de Israel, junto al mar. El nombre de Sidón se deriva de «sid», que
significa ‘pescar’, y responde a su ubicación geográfica: Una lengua de tierra
que penetra en el mar facilitando la industria pesquera. En tiempos de Jesús se
dedicaba también a la producción de vidrio. De este territorio procedían los
fenicios que hacia el año mil antes de Cristo, surcaron todo el Mediterráneo.
Eran paganos y adoraban al dios Baal; divinidad de la fecundidad que siempre
estuvo enfrentada a Yahvé. Tiro (roca que penetra en el mar) se halla a unos 40
kilómetros de Sidón y había sido el centro principal del pueblo filisteo,
enemigo ances- tral de Israel. Decir Tiro y Sidón era nombrar un territorio
pagano.
Idumea
La región de Idumea (Edom) se hallaba al sur. Estaba
habitada por hombres del desierto. Según la tradición judía los idumeos eran
descendientes de Esaú, hermano y enemigo ancestral de Jabob. Esaú vendió sus
derechos de primogenitura a su hermano Jabob por un «plato de lentejas». Los
idumeos, descendientes de Esaú eran rivales de los israelitas que eran
descendientes de Jacob. Idumea (Edom) significa «de color rojo oscuro»,
haciendo referencia al color del «plato de lentejas» por el que Esaú vendió su
primogenitura.
El hecho de que el evangelio cite a personas que
llegan desde estos territorios paganos, significa que la acción salvadora de
Jesús rompe con el integrismo étnico y religioso de los fariseos y escribas y
se abre a la mundialidad. Jesús de Nazareth muestra un nuevo concepto de pueblo
de Dios: respetuoso y tolerante, capaz de superar barreras étnicas y
religiosas.
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