jueves, 8 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY, 8 DE ENERO



EVANGELIO
“En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer. Él les replicó: Dadles vosotros de comer. Ellos le preguntaron: ¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer? Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Cuando lo averiguaron le dijeron: Cinco, y dos peces.
Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres”.
Mateo   6,34-44
COMENTARIO

Hay palabras que cobran valor social por contraste con el contexto en el que surgen. Me explico: hoy está moda la palabra “mediador” por aquello de la “mediación social”. Ser “mediador” exige hablar varios idiomas –comprender al débil y hacer pensar al fuerte-; ser mediador es “amortiguar con perfil” aquello que causa aspereza en la realidad que nos envuelve. En el fondo “ser mediador” te convierte en un pequeño dios que resuelve problemas… Que pudo ser… te apuntas el tanto… Que no pudo ser… ciertamente es que estaba difícil por la dureza del sistema. Los que entienden del “trenzado social del momento” advierten que a mayor dosis de individualismo en la sociedad, más necesidad de “mediadores”. Hasta el momento… todo bien.


Hubo alguien que fue el “mediador por excelencia”. Y en este momento no lo digo porque fuera enteramente hombre y enteramente Dios (eso si que es conocimiento de idiomas); lo digo más bien porque en una situación típica de individualismo  (“estamos en despoblado, y ya es muy tarde, despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer”), tiró de estrategia “mediadora” (“·¿cuántos panes tenéis?... pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran”) y obviamente logró el objetivo momentáneamente (“comieron todos y se saciaron”).

Dos detalles: no consta que el Maestro de Galilea comiera, me imagino que con el ajetreo que debió haber allí no tuvo tiempo, y acabaría rendido y sin cenar aquel día.

El otro detalle es más sorprendente. Según cuenta Marcos unas cuantas horas más tarde los mismos discípulos que hicieron de camareros en la comida, confundieron a Jesús con un fantasma en medio del lago y el evangelista hace notar que “no habían comprendido lo de los panes porque tenían la mente embotada”.

Resumiendo, la mediación de Jesús desde el punto de vista de la rentabilidad social y eclesial, también fracasó: ni creó conciencia social, ni creó comunidad eclesial

Quizás hoy sea un bien día para “caer en la cuenta” de que el cristiano es un mediador vocacionado, y que dicha tarea mediadora no puede profesionalizarse hasta el extremo de hacerla “rentable socialmente”. “Ponerse en medio” no es una profesión, es un estilo de vida que comienza con el propio testimonio vital, y su primera consecuencia quizás sea el “olvido de sí” y la “sobre dimensión del otro”. Quizás por eso, la mejor garantía de que la mediación se coloque en el mismo nivel de fracaso que el de Jesús sea, no la connivencia con los poderes de este mundo, sino el estupor y la incomprensión ante ellos

Será entonces el momento en el que comprobaremos que es el Reino de Dios lo que llega a nosotros y no los interesados reinos de taifas en los que interesadamente nos refugiamos.

PD: Como siempre, un comentario un poco más técnico sobre la "presunta multiplicación" puedes encontrarlo en el puntito de más abajo.
http://iglesiadepozohondo.blogspot.com.es/2014/11/espectaculo-espectadores-o-simplemente.html





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