miércoles, 7 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY, 7 DE ENERO

EVANGELIO
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea.
Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:
“País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles, El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra de sombras de muerte, una luz les brilló.”
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
“convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.”
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Su fama se extendido por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba.
Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.

Mateo   4, 12-25
COMENTARIO

La Iglesia, que tiene sus cosas, pero que no es ingenua, nos presenta de aquí al domingo –festividad del Bautismo de Jesús- unos textos aparentemente inconexos, pero internamente muy conectados.

Son buenos los “tiempos de ángeles”, es decir, los textos tan optimistas y dulzones que en torno al pesebre hemos estrado leyendo machaconamente durante este tiempo de Navidad. Darse un respiro de la permanente “conflictividad” de Jesús es necesario además de sano.

Pero hoy ya el tono cambia. Ni rastro de los pastorcillos, del anciano Simeón, de Anna, y para que decir de los reyes Magos. Hoy toca ya la realidad. Si tuviéramos que definir hoy con una sola frase el evangelio que nos ocupa deberíamos escribirla así: la geo-estrategia de Jesús.

Efectivamente, Cafarnaum, Zabulón y Neftalí son algo más que tres pueblos ( o nombres identificados con lugares); se trata de toda una declaración de intenciones. Cafarnaún se hallaba enclavada en un cruce de caminos frecuentado por caravanas de mercaderes. Era punto de encuentro de personas de distinta etnia y religión. Su situación a la orilla del lago de Galilea le abría la puerta a los países paganos de la orilla opuesta. Zabulón y Neftalí fueron dos de las tribus que se asentaron en la tierra prometida tras el Éxodo de Egipto.

Zabulón. Hacia el año 1225 a.C. la tribu de Zabulón se asentó en un territorio dominado por los cananeos. El Clan de Zabulón fue sometido inmediatamente por los cananeos y terminó pagando un fuerte tributo. Fueron sometidos a servidumbre. Famosos por su capacidad para la siega y para las labores de recolección del trigo y la cebada. Neftalí. Es la tribu que se asentó en el norte. Por su territorio cruzaba la «Vía del Mar», que enlazaba Siria con Egipto. Su cercanía al país de los fenicios, hizo de estos judíos un pueblo dominado y condenado a servidumbre. La mayoría de ellos terminaron sus días como remeros de las naves fenicias.

La mención de estos tres nombres geográficos expresan un mensaje religioso: el Reino que anuncia Jesús es universal y va más allá de las fronteras étnicas y religiosas (Cafarnaún). Y tiene como destinatarios privilegiados a los olvidados, a los pobres, a los que resultan excluidos de las sociedades poderosas. (Neftalí y Zabulón).

Hoy es un buen día para empezar a rescatar todo lo “olvidado”, “perdido”, "excluído" o “desahuciado” por las estrategias de la ortodoxia y reivindicar la geo estrategia de Jesús y la cordia-estrategia de Jesús, es decir: la misericordia.



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