En aquel tiempo puso Jesús una comparación a sus discípulos: «Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que la primavera está cerca. Pues cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reino de Dios. Os aseguro que, antes que pase esta generación, todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»
Lucas 21, 29-36
COMENTARIO
…Pero a pesar de los abismos descritos por los
evangelios a lo largo de toda esta semana, Jesús no es un profeta de
calamidades porque si fuera así sería una “calamidad de profeta”, que es lo que
suele pasar con tanto tertuliano (laico o eclesiástico) que pulula(mos) por
estos lares a fin de año.
No es porque
quiera trabajar más, pero he unido el evangelio de hoy y mañana (el propio del
sábado) porque casi nunca se lee –a excepción de los conventos- y me parece que
es tan real como directo. Perdonad el exceso de lectura.
Efectivamente el
“Jesús” que nos presenta Lucas no puede convertirse en un hombre
“permanentemente indignado” y maleducado incapacitado para la ternura y la
esperanza. La verdad es que eso se lleva mucho ahora: tener cara permanente de
enfado con el mundo. Y no, Jesús no es así; describe la situación, nos lleva al
límite de la responsabilidad, pero después de eso dice: mira, contempla,
piensa, decide, y actúa.
La vida es como
es, apocalíptica en ocasiones. No podemos reclamar a estas alturas de la
humanidad que Dios haga círculos cuadrados
o líneas rectas curvas; el círculo es redondo y la línea recta, recta.
No vale preguntarse el por porqué del sufrimiento. La pregunta no es
pertinente. Al hacer esa pregunta convertimos un problema real en un discurso intelectual.
Y no. No se trata de eso. Se trata de responder diría Jesús. El sufrimiento, la
catástrofe se nos presenta cada día como protagonista de una historia que
vivimos. Jesús no promete paraísos ni pasados ni futuros.
La propuesta de Jesús es hacer del presente, un paraíso.
Y ahí nos encontramos; pero en el presente local, concreto, instáneo en
ocasiones. De ahí el texto genial de hoy y mañana. Viene a decir Jesús: ten
capacidad para ver primaveras, no te quedes en los invi(fi)ernos. O mejor dicho,
desde los inviernos , aprende a diseñar primaveras: “fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando
echan brotes, os basta verlos para saber que la primavera está cerca”.
Y
el propio Jesús sabe que eso no es fácil, porque el frío nos recluye y nos aísla
en las oscuridades de nuestras casas cuando no entra el sol, o en las comodidades
de nuestras mesas camillas al calor del
brasero. Por eso ni la oscuridad (el pesimismo), ni las comodidades pueden
hacer permanente el invierno; “tened cuidado: no se os embote la mente.
El
evangelio de hoy nos incita a una “receptividad plena” que nos permita afinar
todos nuestros puertos de salida al exterior (nuestros sentidos y sentimientos),
que nos cualifique para poner lucidez en la maraña de intereses confesables e
inconfesables que nos rodean; y nos invita también a una propositividad abierta,
que nos facilite ser libres para hablar y capaces de actuar.
Buen
Adviento, Buena Esperanza.
Y por fin acabamos con este ciclo apocalíptico con todos sus símbolos, del que vais a salir expertos. Podéis leerlo aquí.Y también pulsando en este punto rojo de más abajo.
La palabra tiene sentido cada día
ResponderEliminarEl Apocalipsis no es la norma del ciclo?
Esta mañana paseando a mi perro vi rodar las hojas caídas de los árboles buscando su tumba
Pero brotan de nuevo y empezar a otro ciclo
Cuanto descriptivismo, realmente los tiempos presentes son poco halagüeños, pero todos los "tiempos"fueron dificiles,lo malo es q no ses nos prepara para esto, las telediarios nos inundan con noticias tragicas a diario,pero yo se q hay buenas tambien,de las cuales no se habln o se hablan poco..acaso alguien tiene interés q nos aboquemos al pesimismo? No caigamos en la trampa,siempre hay una esperanza un ultimo rallito q es el principio de la brecha q le sigue..solo nevesitamos mas confianza en nosotros mismos y en los demas....por eso es importante q cada uno d nosotros como cristianos practicantes y los q no lo son, por supuesto., empezemos hacer de nuestras vidas,una vida en comunidad y q contagiemos a aqulos q nos rodean.donde formemos una gran cadena q sobrepase continentes.
ResponderEliminar