El escenario donde
ocurre la narración de hoy es el Templo de Jerusalén. Era un magnífico conjunto
arquitectónico que cubría un rectángulo de unos 500 x 300 m., rodeado de un
muro almenado con torres en los ángulos y en las puertas. Existía, dentro del
Templo un patio inmenso de 225 m. que circunvalaba al santuario que se
levantaba en el centro. Esta explanada estaba rodeada de pórticos.
El pórtico del sur
estaba sostenido por 4 hileras de 42 columnas de 28 m. de alto. Al este estaba
el pórtico de Salomón, con 268 columnas de mármol de 11 m. de altura.
Había también un
gran patio de 65 metros de lado llamado «Patio de las mujeres». Abundaban por
allí los mendigos, pues era allí donde se hallaban los cepillos de las
limosnas, llamados «gazofilacios». Existían 13 cepillos diversos, con forma de
trompeta. Cada cepillo tenía una inscripción que indicaba el destino del dinero
depositado en él.
Aquí se acercó la
viuda pobre a depositar su moneda humilde y sencilla. Aquí recibió la alabanza
de Jesús. El evangelista, teniendo presente un hecho histórico, quiere dar a
los cristianos un mensaje teológico.
El texto de la
viuda pobre es la conclusión de varias escenas que se desarrollan en el Templo:
la expulsión de los vendedores y la denuncia que hace Jesús al decir que el
Templo se ha convertido en «cueva de bandidos». La constatación de que los
pudientes iban echando cantidades importantes de dinero para hacer ostentación
de riquezas... Y en contraposición a todo ello, el subrayado de aquella «viuda»
pobre, perteneciente a las capas sociales desprovistas de todo bien.
La clave para
interpretar este texto está en el adjetivo de «viuda»; la mujer/esposa que
carece de esposo. El texto de hoy alude a varios textos del profeta Jeremías en
los que Yahvé dice que los pobres y sencillos «no van a quedar como una viuda».
Dios es fiel a sus promesas y va a seguir acompañándoles siempre.
Los fariseos y
escribas, reunidos entorno al Templo y al floreciente comercio que se
desarrollaba en él, han quedado viudos. Se han separado de Dios. (En tiempos de
Jesús eran 20.000 las personas que vivían del templo) Jesús alaba a la «viuda»
pobre y la considera como una pequeña semilla del «nuevo pueblo de Dios». Dios
nunca va a abandonar a este nuevo y verdadero pueblo.
El cristiano halla en esta historia importantes
elementos para proponer valores tales como la sencillez, la humildad y la
generosidad. El Dios que anuncia Jesús de Nazareth es el Dios de los pobres.
Los prepotentes y orgullosos se apartan del corazón de Dios.

Un buen cocinero. de algo simple y aparentemente insignificante hace un manjar exquisito.. No las mejores comidas. se hace con lo más caro El Milagro es de cosas sencillas. sacar un manjar exquisito
ResponderEliminar