martes, 9 de septiembre de 2014

APÓSTOLES Y DISCÍPULOS



Jesús sube a una montaña y pasa la noche rezando... Es un dato importante, aunque parezca ser tan sólo una introducción geográfica al texto de la elección de los apóstoles que viene a continuación.

Con la frase de «subir a la montaña», el evangelista está diciendo que Jesús es el nuevo Moisés. Y así como Moisés subió a la montaña y estuvo en presencia de Dios antes de formar al antiguo pueblo de Israel, sustentándolo sobre las doce tribus, así también Jesús va a formar el Nuevo Pueblo de Dios, sustentándolo sobre doce apóstoles o «enviados». La palabra griega apóstol deriva del verbo griego «apostéllein» que significa «enviar».

El nuevo Pueblo de Dios formado por Jesús no está circunscrito a la etnia judía, ni siquiera a la religión de Yahvé. Dios convoca a personas de diversas procedencias y situaciones religiosas: Personas extranjeras de Tiro y Sidón; personas excluidas y peca- doras, como eran quienes padecían alguna enfermedad, y personas representantes de los círculos ortodoxos de Jerusalén...

¿Quiénes eran estos doce apóstoles? ¿Fue un número cerrado o abierto? Los evangelistas no se ponen de acuerdo en la lista de nombres. Hay diferencias y dificultades para hacer un listado cerrado. Seguramente que el número «doce» hace referencia a la creencia que tienen los seguidores de Jesús de ser el Nuevo Pueblo de Dios, nacido del mensaje y obras del maestro. Tampoco se puede afirmar que estas personas llamadas «apóstoles» formaran un grupo cerrado y exclusivo.
La actividad de muchos de ellos en el seno de las primeras comunidades cristianas es inexistente o irrelevante.

Junto a los apóstoles aparecen continuamente los «discípulos», entre los que son citadas varias mujeres. Estos discípulos desempeñan también un papel muy importante en el evangelio.

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