Jesús sube a una
montaña y pasa la noche rezando... Es un dato importante, aunque parezca ser
tan sólo una introducción geográfica al texto de la elección de los apóstoles
que viene a continuación.
Con la frase de
«subir a la montaña», el evangelista está diciendo que Jesús es el nuevo
Moisés. Y así como Moisés subió a la montaña y estuvo en presencia de Dios
antes de formar al antiguo pueblo de Israel, sustentándolo sobre las doce
tribus, así también Jesús va a formar el Nuevo Pueblo de Dios, sustentándolo
sobre doce apóstoles o «enviados». La palabra griega apóstol deriva del verbo
griego «apostéllein» que significa «enviar».
El nuevo Pueblo de
Dios formado por Jesús no está circunscrito a la etnia judía, ni siquiera a la
religión de Yahvé. Dios convoca a personas de diversas procedencias y
situaciones religiosas: Personas extranjeras de Tiro y Sidón; personas excluidas
y peca- doras, como eran quienes padecían alguna enfermedad, y personas
representantes de los círculos ortodoxos de Jerusalén...
¿Quiénes eran estos
doce apóstoles? ¿Fue un número cerrado o abierto? Los evangelistas no se ponen
de acuerdo en la lista de nombres. Hay diferencias y dificultades para hacer un
listado cerrado. Seguramente que el número «doce» hace referencia a la creencia
que tienen los seguidores de Jesús de ser el Nuevo Pueblo de Dios, nacido del
mensaje y obras del maestro. Tampoco se puede afirmar que estas personas
llamadas «apóstoles» formaran un grupo cerrado y exclusivo.
La actividad de
muchos de ellos en el seno de las primeras comunidades cristianas es
inexistente o irrelevante.
Junto a los
apóstoles aparecen continuamente los «discípulos», entre los que son citadas
varias mujeres. Estos discípulos desempeñan también un papel muy importante en
el evangelio.
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