jueves, 14 de agosto de 2014

SETENTA VECES SIETE. EL TEXTO EN SU CONTEXTO


Jesús comienza respondiendo a la pregunta de Pedro sobre cuántas veces tenemos que perdonar... En la respuesta aparece una cantidad simbólica: setenta veces siete. El número siete era el número de la perfección: la suma del cuadrado, que representa lo terrestre por los cuatro puntos cardinales, con el triángulo que significa lo divino porque apunta al cielo. Cuando esta cantidad se multiplica por setenta (7 x 70) nos hallamos ante una expresión que equivaldría a decir: siempre, tantas veces como haga falta.

Luego sigue una parábola. Mateo la adapta a las necesidades de la comunidad cristiana a la que escribe su evangelio. Nunca sabremos cuál fue el contexto original en el cual Jesús pronunció esta parábola. Sabemos la aplicación que le dieron las primeras comunidades cristianas.

  • V. 23: Por las palabras originales que emplea, nos hallamos ante la siguiente escena: Un rey está arreglando cuentas con los gobernadores de las diversas provincias que componen su reino. Estas cuentas hacen referencia al cobro de impuestos globales de la provincia, de los que era responsable el gobernador.
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  • V. 24: Se le presentó un gobernador que le debía 10.000 talentos. Un Talento era la medida monetaria más grande. (En griego: talanton). Un talento equivalía a unos 36 kilos de oro o plata. Se trata de una cantidad exagerada. Traducida a nuestro poder adquisitivo actual podría llegar a tres mil millones de euros. Es una cantidad casi imposible.
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  • V. 25. Para que pague la deuda, el rey sugiere que sean vendidas todas sus pertenencias, incluida su familia. Esta dato nos sitúa ante un rey pagano (no-judío), puesto que la ley judía prohibía vender a la mujer y a los hijos. No obstante, ni con la venta de sus posesiones y familia se podía alcanzar la suma descrita, ya que un esclavo podía valer entre 500 y 2.000 denarios... Algo insignificante. Cifras simbólicas...
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  • V. 26: El deudor se postra en tierra y se abandona al perdón y a la misericordia del rey... prometiendo devolver todo y gobernar bien la economía de su provincia.
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  • V. 27: La bondad del rey brilla con luz propia, puesto que le perdona una cantidad astronómica.
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  • V. 28: El gobernador perdonado, acto seguido, se encuentra con un empleado suyo que le adeuda 100 denarios: Traducido a nuestra economía: unos 3.000 euros. Sin compasión alguna, le encerrará en la cárcel...
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  • V. 34: "El gobernador despiadado entregó a su súbdito a los verdugos"... En el derecho del antiguo pueblo de Israel estaba prohibida la tortura. En los pueblos limítrofes a Israel, existieron reyes que torturaron a sus gobernadores para que dijeran dónde habían escondido el dinero de impuestos.
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  • V. 35: Es la conclusión. Debemos perdonar como nos perdona Dios Padre. Las primeras comunidades deben fundamentar su vida en el perdón. Deben repetir el gesto misericordioso de Dios.