lunes, 4 de agosto de 2014

EL EVANGELIO DE HOY, 4 DE AGOSTO


LUNES DE LA SEMANA XVIII

EVANGELIO
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos.
Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»
Jesús les replicó:
- «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»
Ellos le replicaron:
- «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»
Les dijo:
- «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tornando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Mateo  14, 13-21
COMENTARIO

De vez en cuando pasa esto, el ciclo del domingo coincide con el diario y hace que las lecturas que leemos sean las mismas. Una buena oportunidad para ofrecer más perspectivas.

Si ayer el acento lo poníamos en la compasión como un valor que puede humanizar nuestra vida, hoy merecería la pena caer en la cuenta de que también los gestos pequeños, determinados, locales, cercanos... urgentes.... son los que expresan adecuadamente la compasión.

Podemos pasarnos la vida diciendo que "son otros", los que mandan, los que tienen que resolver los problemas. Pero a Jesús no se lo ocurrió en aquella situación de carencia llamar al sanedrín (órgano político de los judíos) ni a Pilato (para que diera una subvención pública del imperio). Jesús no dijo, que los resuelvan "ellos", sino "dadles vosotros de comer".

La caridad es política, pero no sólo politica. De un modo especial este sentimiento se pone de manifiesto en esta época de crisis. Estamos llamados a construir una "sociedad más justa", pero sin perder de vista que en ocasiones esto pasa por posibilitar una "projimidad más tierna".

No está reñido instar a los gobiernos a resolver las crisis, con compartir algo de mi paga extra -quien la tenga y pueda-; no está reñido apostar por un trabajo justo, con compartir algunas horas de mi trabajo con quien no tiene. Recuerdo ahora una frase que se decía mucho a comienzos de los 90: "trabajar menos, para trabajar todos". Justicia estructural y projimidad... no están reñidas.

Estas cosas serían nuevas versiones y nuevas concreciones del "dadles vosotros de comer", que decía Jesús. Al fin y al cabo se trataría de impregnar los modos y las maneras de Jesús ("pan de vida") en nuestra vida cotidiana ("pan de cada día").