San Isidoro, San Anacleto, San Primitivo, San Pascasio y San Basileo
Destacamos a:
San Isidoro
Nació en Cartagena, España hacia el año 560. Un día se acercó a un pozo para sacar agua y notó que las cuerdas habían hecho hendidura en la dura piedra. Entonces comprendió que también la conciencia y la voluntad del hombre pueden vencer las duras dificultades de la vida.
Isidoro llegó a ser uno de los hombres mas sabios de su época, aunque al mismo tiempo era un hombre de profunda humildad y caridad. Fue un escritor muy leído. Se lo llamó el Maestro de la Edad Media.
Probablemente ayudó a su hermano Leandro, obispo de Sevilla a gobernar la diócesis. Le sucedió en el cargo cuando murió.
Cuenta una graciosa leyenda que cuando tenía un mes de vida, un enjambre de abejas invadió su cuna y dejó en los labios del pequeño Isidoro un poco de miel, como auspicio de la dulce y sustanciosa enseñanza que un día saldría de esos labios.
Y acabamos con una célebre frase sobre la oración auténtica. Él decía:
“La oración es propiedad del corazón, no de los labios, porque Dios no atiende las palabras del que ruega sino que mira su corazón”