SÓLO 1 SEGUNDO
"Nunca he dejado de sorprenderme que los hombres tengamos la pretensión de ponernos en contacto con Dios. Pretender que Él nos escuche, aspirar a que acuda a nuestras llamadas, llamarle como quien hace sonar el timbre de la puerta de un amigo...: todo esto me resulta sobrecogedor"
(P. D'Ors, El olvido si, Valencia, 2007, p.101)