EVANGELIO
Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en
Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se
pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba
Jesús, le llevaban los enfermos en camillas.
En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los
enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su
manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
Marcos 6, 53-56
COMENTARIO
El lago de Genesaret (o Mar de Galilea) está rodeado de montañas
que se elevan unos 300 metros sobre la superficie del agua. Entre el agua y las
escarpadas monta- ñas existe una franja de tierra fértil de varios kilómetros
de extensión en la que culti- van nogales, manzanos, palmeras, higueras,
olivos, e incluso vid. Fue en esta estre- cha franja de tierra en la que Jesús
de Nazareth realizó sus principales predicaciones y donde acudieron a él
personas de toda índole y condición social.
La ciudad de Genesaret se hallaba a cerca de la ciudad de
Cafarnaún. A ella se accedía fácilmente mediante sencilla navegación costera.
Entre sus ruinas se ha hallado un acueducto romano de dos kilómetros, cuya misión
era llevar el agua que fluía de las siete fuentes existentes en Tabgha.
El Evangelio de hoy sitúa la acción de Jesús entorno a la
población ribereña de Genesaret. Esta ciudad recibe tal nombre por su cercanía
al Lago de Genesaret, (al que también se denomina como Mar de Galilea o Lago de
Tiberíades) El nombre de Genesaret (o Quineret), provienen del vocablo hebreo «kinnor»,
nombre con el que se designa al instrumento musical llamado «lira». El perfil
geográfico del lago se asemeja al de una lira.
El pasaje que hoy leemos es un “sumario” de las acciones que Jesús
realiza en esta franja de tierra fértil. La más destacada, la curación de los
enfermos que acudían en masa para «tocar» a Jesús.
El evangelio de hoy presenta la exclusión y marginación en la
que se hallaban los pobres del tiempo de Jesús. Jesús visita se encuentra con
un importante sector de laclase marginal: los enfermos. Quiénes padecían
determinadas enfermedades físicas, vivían excluidos por el sistema legal de los
fariseos que intentaba eliminarlos espiritualmente. Con estas curaciones el
evangelista Marcos nos muestra el efecto más notable del anuncio del Reino de
Dios: el amor gratuito de Dios hacia las personas. Este amor no puede ser
comprado, ni exigido, ni es respuesta a los méritos acumulados. Esta idea
contrastaba con la visión de los fariseos, quienes creían que con buenas obras
se compraba la salvación de Yahvé.
Jesús cura y cura a los enfermos sin darles ninguna enseñanza,
sin pedir nada a cambio, sin hacer reflexiones... Y así comprendieron aquellas
gentes que el mensaje de Jesús no era tan sólo una nueva filosofía o doctrina,
sino una acción que mejoraba su triste situación de forma real y concreta.
El cristiano, si realmente quiere ser creíble, deberá comenzar por realizar las acciones que dan vida y son
experiencia positiva.