© ONDA CERO. El Santoral de Genestal
Hoy celebran su onomástica quienes tengan por santo a:
Santa Juliana, San Macario, San Antimo, San Maruto y San Honesto
Destacamos a:
Santa Juliana
Juliana allá por el siglo IV, es hija de una conocida familia ilustre pero con un padre pagano metido en el ejercicio del Derecho y una madre agnóstica.
Juliana, por la situación del entorno familiar nada favorable para la vivencia cristiana, se hizo bautizar en secreto.
La dificultad del caso comienza cuando Eluzo, que es un senador joven, quiere casarse con Juliana.
La supuesta novia lo recibe amablemente y con cortesía haciendo gala de su esmerada educación. Pero, al llegar el momento culminante de los detalles matrimoniales, ella pone una condición para alargar la cuestión en el tiempo.
No lo aceptará -le dice- mientras no sea juez y prefecto de la ciudad. Claro que eso era como pedir la luna; pero se vio pillada en sus palabras ya que en poco tiempo, gracias a influencias, dinero y valía personal, el prometido se ha convertido en juez y prefecto de Nicomedia.
Juliana lo felicitó pero le puso otra condición para aceptar el matrimonio: había de hacerse cristiano.
Ante tamaño disparate es el propio novio quien pondrá al padre al corriente de lo que está pasando y de la «novedad» que se presenta.
«Si eso es verdad, seremos juez y fiscal para mi hija -dijo el padre-». Juliana sólo sabe contestar a su padre furioso que ansía ser la primera dama de la ciudad, pero que sin ser cristiano, todo lo demás lo estima en nada.
Y el padre acabó diciendo:
«Por Apolo y Diana! Más quiero verte muerta que cristiana»..
Y el final no lo ahorramos..
En Santa Juliana, se cumplió aquella famosa y dura rase de Marco Tulio Cicerón:
“Por conservar la libertad, la muerte, que es el último de los males, no debe temerse”
