Solea el sol y se lleva los restos de sombra que ha dejado la
noche. Los carros de caballos recogen, puerta por puerta, la basura. En el aire
tiende la araña sus hilos de baba.
El Tornillo camina las calles de Melo. En el pueblo lo tienen
por loco. EL lleva un espejo en la mano y se mira con el ceño fruncido. No
quita los ojos del espejo.
—¿Qué haces, Tornillo?
—Aquí —dice—. Controlando al enemigo
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