sábado, 23 de noviembre de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO XXXIV/C




En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: «A otros ha salva- do; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido» Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo»
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: "Éste es el rey de los judíos". Uno de los malhechores lo insultaba, diciendo: «No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros»
Pero el otro lo increpaba: «Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada» Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino»
Jesús le respondió: «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso»

Lucas 23, 35-43

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