viernes, 1 de febrero de 2013

SÓLO 1 SEGUNDO, 1 DE FEBRERO



SÓLO 1 SEGUNDO
(de lo que leo)



El crepúsculo de los ídolos ha sido pospuesto. Durante más de dos siglos, desde las revoluciones americana y francesa hasta el colapso del comunismo soviético, la política mundial giró en torno a problemas eminentemente políticos. Guerra y revolución, justicia social y de clase, raza e identidad nacional, esas eran las cuestiones que nos dividían. Hoy en día hemos progresado hasta el punto de que nuestros problemas se asemejan de nuevo a los del siglo XVI, ya que nos encontramos enredados en conflictos sobre revelaciones rivales, pureza dogmática y obligación divina. En occidente estamos inquietos y confusos. Aunque tenemos nuestros propios fundamentalistas, juzgamos incomprensible que las ideas teológicas todavía exciten pasiones mesiánicas que dejan a las sociedades en ruinas. Creíamos que eso no era ya posible, que los seres humanos habían aprendido a separar las cuestiones religiosas de las políticas, que el fanatismo había muerto. Estábamos equivocados”. 


(M. LILLA, El Dios que no nació, Debate, Barcelona, 2013, p. 13)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión.