jueves, 17 de enero de 2013

EL EVANGELIO DEL 17 DE ENERO


JUEVES


EVANGELIO
Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: “Si quieres, puedes limpiarme”.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: “Quiero: queda limpio”. La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
Jesús lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que 
conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés».
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado, y aun así acudían a él de todas partes.

COMENTARIO
El texto relata la curación de un leproso. El enfermo de la lepra, según la legislación del Antiguo Testamento, se encontraba imposibilitado de participar en la vida de sus semejantes. Se trata de un israelita excluido de la vida de sus compatriotas sanos. Jesús, movido a compasión, se aparta de las prescripciones legales de la ley judía y cura al enfermo, devolviéndole la posibilidad de reintegrarse de forma plena en la vida del pueblo. Cuando las primeras comunidades cristianas presentan los milagros, no ponen el acento en lo maravilloso y sobrenatural, sino en otros elementos teológicos. Los milagros son fundamentalmente «signos» del amor misericordioso de Dios en medio de su pueblo.
Pero permitidme que ponga la mirada sobre la respuesta de Jesús a la afirmación del leproso. Afirma el leproso -"si quieres, puedes limpiarme"-, responde Jesús, -"quiero, queda limpio". He recordado en este diálogo las veces que nosotros acabamos nuestra petición de deseos diciendo la típica frase -"si Dios quiere"-. Siempre me he preguntado, ¿puede Dios "no querer"?, ¿puede Dios ...pudiendo... no querer? ¿Podría yo creer en un Dios que "no quisiera? Por eso, esa expresión...- si Dios quiere-... o su expresión más dubitativa aún  ...-"si Dios quisiera"...-es la más clara expresión de un ateísmo larvado y de un agnosticismo confeso
Dios "quiere y puede". Nos toca a nosotros hacer un ejercicio continuo de lectura atenta la realidad para ir desentrañando, desde ella, el querer de Dios, los signos de Dios en esta historia nuestra, tan ambigua, tan contradictoria en ocasiones. Una historia trabada de gloria y de cruz, ...como Cristo, que fue trenzando su vida con momentos de "gloria y de cruz".


Y ALGUNA CURIOSIDAD
La enfermedad de lepra en tiempos de Jesús
La medicina se ha interesado por la lepra que menciona la Biblia. Tras múltiples investigaciones se ha llegado a la conclusión de que no se trata de la lepra que conocemos actualmente. Los relatos bíblicos se refieren a una enfermedad de la piel que comenzaba con manchas rojas para terminar en escamas blancuzcas. Es lo que actualmente se denomina «psoriasis vulgaris».
No era contagiosa, y al enfermo no se le apartaba porque pudiera contagiar, sino porque esta enfermedad era considerada como una impureza religiosa. Por ello el enfermo, vestido de harapos, con la cabeza descubierta y la cara embozada, debía tocar una campanilla y gritar a todos: ¡Soy impuro! Habitaban en cuevas cercanas a las poblaciones. Curar la lepra era también devolver al individuo marginado su dignidad personal y social. 

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