El maestro
les dijo:
- Si yo no me voy, ¿cómo podréis llegar a ver?
- ¿Y qué es lo que no
vemos mientras tú estás con nosotros? – preguntaron ellos.
Pero el
maestro no dijo ni una palabra.
Cuando se
acercaba el momento de su muerte, los discípulos le preguntaron:
- ¿Qué es lo
que vamos a ver cuando tú te hayas ido?
Y el maestro, con
una pícara mirada en los ojos, respondió:
- Todo lo que he hecho ha sido
sentarme a la orilla del río y daros agua.
- Cuando yo me haya ido, confio en
que sepáis ver el río.
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