martes, 14 de febrero de 2012

EL EVANGELIO DEL 14 DE FEBRERO

MARTES
EVANGELIO

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían mas que un pan en la barca. 
Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.» 
Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.» 
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?» 
Ellos contestaron: «Doce.» 
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?» 
Le respondieron: «Siete.» 
Él les dijo: «¿Y no acabáis de entender?»

Marcos 8, 14-21
COMENTARIO

Hoy aparece en el texto la imagen de «la levadura». Este símbolo era utilizado a veces en sentido positivo, y a veces en sentido negativo. En el texto de hoy la levadura es sinónimo de actitud negativa. Ello hunde sus raíces en la historia del pueblo judío. La acción de la levadura sobre la masa se convirtió en imagen de algo negativo a raíz de la salida del pueblo de Israel de la opresión de los egipcios. Cuando los israelitas salieron de Egipto, lo hicieron de prisa, prontos a seguir la llamada de Dios que les invitaba a la libertad. Por falta de tiempo no pudieron hacer fermentar la masa del pan que se llevaban para el camino. Así lo dice el libro del Éxodo 12, 39. 
En memoria de este hecho, cuando celebraban la fiesta de la Pascua, debían comer pan sin levadura (pan ázimo). En recuerdo de aquella gesta, tenían prohibido comer pan con levadura durante la fiesta de la Pascua. Para celebrar adecuadamente la Pascua el padre de familia debía eliminar todo resto de levadura. De esta forma expresaban lo importante que es eliminar las realidades viejas y gastadas para disponerse a iniciar un tiempo nuevo. (La Pascua coincide con la fiesta del Año Nuevo del pueblo de Israel). 
El texto de hoy es curioso. Tras haber compartido el pan que tenían, suben a la barca y se hallan con tan sólo un pan... Jesús aprovecha la ocasión para ofrecer una enseñanza a sus discípulos a partir del pan y la levadura. El pan era un alimento básico. Pero también era un símbolo religioso, dado que cada día, junto con sacrificios de ovejas, se ofrecían en el Templo los panes de la proposición. Existían dos tipos de pan: el pan diario hecho con levadura (esponjoso y blando) y el pan ázimo propio de las fiestas, horneado sin levadura (especie de tortas compactas). 
En el evangelio de hoy Jesús compara la forma de actuar de los fariseos con la levadura, que es símbolo del tiempo viejo y gastado. Jesús advierte a sus discípulos que la levadura de los fariseos hace crecer la masa llenándola de sentimientos nacionalistas y de autosuficiencia por creerse los «elegidos de Dios». Para él, lo ideal es hacer crecer el pan de la fraternidad por medio de la solidaridad. De esta forma, la comunidad cristiana tiene ante sí una alternativa en la que debe elegir: se puede hacer crecer el pan inflándolo con viejas actitudes, como hacen los fariseos, o se puede hacer rendir el pan repartiéndolo, como propone Jesús. 
Por tanto hemos de  desprendernos de aquellas actitudes que son como la «levadura de los fariseos»; actitudes que nos invitan a aparentar en lo externo olvidando el crecimiento interior y la profundidad de la vida. Este peligro está muy arraigado en esta sociedad de«marca y maquillaje», donde con frecuencia las apariencias externas son suficientes para valorar a las personas. 


  





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