jueves, 19 de enero de 2012

SÓLO 1 MINUTO, 19 DE ENERO

UN TIEMPO PARA CADA COSA



Como buen parisino, de signo Virgo, durante un año había preparado meticulosamente su viaje. Nada más llegar a Tlndouf, Gérald desembaló orgulloso sus regalos para Targui, el jefe del clan tuareg: un transistor, un reloj de pulsera y un grueso jersey. Targui encendió el transistor con entusiasmo, sin prestar ninguna atención al reloj ni al jersey. Pasó el día bailando como un niño y cambiando de emisoras, para gran decepción de Gérald, que pensó para sus adentros: "¡Qué lástima! Debía haber traído transistores para toda la familia".
A la mañana siguiente, Targui se puso el reloj y pasó todo el día ensimismado contemplando el paso del minutero. En un rincón descansaba silencioso el transistor.
Llegada la tercera noche, se puso el jersey, con alborozadas muestras de agradecimiento y admiración, observando minuciosamente su tejido y sus dibujos.
A partir de entonces, Gérald aprendió el ritmo secreto de la vida: un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo. 

1 comentario:

  1. Como bien dice el texto cada cosa tiene su momento y lugar, y Targui lo sabía desde el principio. Sólo un pero, quizá es mejor repartir los tiempos para poder disfrutar, aunque sea en pequeñas pinceladas de todas las cosas, y no guardar nada para el mañana. El mañana no sabemos si existe.

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