CUESTIÓN DE PERSPECTIVA
“Estaba un joven ciervo bebiendo agua en una
fuente, veía su imagen reflejada en el agua, como en un espejo,
y estaba tan orgulloso contemplándola. La parte de su cuerpo
de la que estaba más satisfecho eran los cuernos, grandes y bonitos,
que hacían muy bella su figura. Pero no le gustaban nada sus
piernas, que las encontraba demasiado delgadas y demasiado largas. Mientras
estaba encantado mirando su imagen, oyó la voz de un cazador
de un cazador y los gritos de sus perros. Como notó que ya estaban
cerca, haciendo uso de la rapidez de sus piernas, huyó corriendo
y se pudo escapar de sus enemigos. Pero cuando entró en el bosque
su mala suerte hizo que se le engancharan los cuernos en unas ramas,
de forma que quedó atrapado, sin poderse mover. Y estando así,
inmóvil, pudo ser fácilmente atrapado por el cazador.
Entonces el ciervo cambió de opinión sobre su figura:
lo que antes más le gustaba (los cuernos) ahora lo encontraba
inútil y perjudicial; y lo que antes le dejaba menos satisfecho
(las piernas) ahora lo veía como la cosa más valiosa y
útil”.
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