MARTES
EVANGELIO
Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras
andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos
le dijeron:
«Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está
permitido?» El les respondió:
«¿No habéis leído nunca lo que hizo David cuando él y
sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa
de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió
de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros».
Y añadió: “El sábado se hizo para el hombre y no el
hombre para el sábado; así que
el Hijo del hombre es señor también del sábado”.
COMENTARIO
El sábado judío tenía como finalidad asegurar a las
personas el tiempo de reposo para la realización de la vida. Pero a menudo las
prácticas religiosas se desvían de su finalidad originaria: Lo que había sido
establecido para asegurar el mantenimiento y el crecimiento de la vida en
contacto con Dios, fuente de la Vida, se convirtió en una esclavitud para el
pueblo judío y obstaculizó el fin para el que había sido instituido. El sábado
se convirtió en amenaza integrista que servía para atemorizar a los sencillos.
No cumplir el precepto del sábado podía llegar a ser castigado con la pena
capital de la lapidación. Los fariseos, en esta larga jornada de Cafarnaún,
consideraban que la observancia del sábado debía ser colocada por encima de la
satisfacción del hambre. Por ello critican a los discípulos que, desgranando
las espigas de los campos que atravesaban, realizan una acción «que no está
permitida en día sábado».
Jesús recurre a un ejemplo de David, que puso por encima
del respeto a los Panes de la Proposición (reservados exclusivamente para los
sacerdotes), la necesidad de dar respuesta a las necesidades de él y sus
soldados. No obstante, el problema de la observancia del sábado no es un
problema original de Jesús. Sus contemporáneos estaban muy divididos acerca de
este tema: Los monjes esenios eran los más intransigentes (no podían andar en
día de sábado ni siquiera 500 metros). Los saduceos eran también muy
intransigentes. Los fariseos eran más tolerantes. Jesús estaba más cercano a
ellos que a cualquier otro grupo religioso de su época. El enfrentamiento con
los fariseos proviene la convicción nueva de Jesús: La ayuda a la persona
humana y la solidaridad son preceptos más importantes que el cumplimiento del
sábado.
El texto de hoy nos lleva a situar toda práctica
religiosa en el marco de la defensa de la vida. Defender y cuidar a las
personas es nuestra primera obligación y responsabilidad, como personas y como
educadores. Normas y legislaciones solamente tienen sentido en cuanto que
ayudan a crecer a las personas? El cristiano, siguiendo el estilo de Jesús,
evita las actitudes legalistas. ¿Juzgamos con dureza a los demás cuando creemos
que no cumplen las leyes, sean las humanas o religiosas? ¿No nos falta la misma
comprensión y respeto de Jesús cuando afirmó solemnemente que la ley solamente
tiene sentido en cuanto beneficia a las personas?
ALGUNA CURIOSIDAD
EL SABBAT
«Sabbat» significa en hebreo «descansar». Esta expresión
ya existía en el lengua sumeria como «sabatu», donde significaba «completar»,
«llevar a su plenitud». Era una palabra relacionada con el ciclo de la Luna.
Para los sumerios el día de luna nueva era una jornada festiva. Los israelitas
hicieron del sábado día de alegría y gozo porque Dios había «completado»
(sabbat) la creación. Sin embargo, a partir del destierro de Babilonia,
multiplicaron las prescripciones y enredaron las normas hasta límites
insospechados. Quien trabajaba en sábado, podía llegar a ser lapidado (apedreado
hasta la muerte). Jesús considera que la persona es más importante que las
normas. Ello le llevará a continuos enfrentamientos con los fariseos. Jesús
realiza múltiples curaciones en sábado, de forma escandalosamente deliberada,
para recriminar a los fariseos, y demás grupos religiosos judíos, la esclavitud
ritual a la que habían sometido al pueblo sencillo.
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