EVANGELIO
Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno.
Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los
discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los
tuyos no?»
Jesús les contestó: “¿Es que pueden ayunar los amigos
del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen
al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel
día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño
sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos;
porque revienta los odres, y se pierden el vino y
los odres; a vino nuevo, odres nuevos”.
COMENTARIO
El ayuno es una práctica religiosa muy antigua que
consiste en abstenerse de comida y de relaciones sexuales durante un tiempo
destinado a la meditación y oración. En el antiguo pueblo de Israel existía un
día de ayuno público. Tenía lugar el día de la Expiación (Yom Kippur). Esta
jornada, instituida para la petición de perdón, precedía a la semana de fiesta
de «Los Tabernáculos»; fiesta con la que recordaban el tiempo que habían sido
nómadas por el desierto antes de entrar en la Tierra Prometida.
Los pecados eran confesados sobre un chivo expiatorio.
Este chivo era enviado al desierto, con la esperanza que el animal llevara con
él los pecados del pueblo. Se trata de un ritual antiquísimo que los hebreos ya
realizaban antes de su estancia en Egipto. En fechas señaladas ayunaban
personas y animales. Posteriormente se comenzó a ayunar de forma privada para
expiar por los pecados propios y obtener el perdón de Dios.
Cuando se ayunaba había costumbre de vestirse con saco,
ponerse ceniza sobre la cabeza y dejar de lavarse y perfumarse. Se caminaba
descalzo, se suspendían las relaciones sexuales, no se daba el saludo de la
paz... Al mismo tiempo se solían proclamar públicamente las limosnas que iban a
entregarse, llegándose a auténticas pujas en las cantidades prometidas. (Por
eso dijo Jesús, al referirse al ayuno, que hay que hacerlo «en secreto,
perfumándose y sin desfigurar la cara». Y al dar limosna:«que la mano izquierda
no se entere de lo que hace la derecha»)
Existían ayunos muy largos, de varios años. Esto era posible porque tan
sólo se ayunaba de lunes a jueves. El viernes por la tarde y el sábado, día del
Señor, se comía abundantemente.
Jesús desconfió de estos ritos. Para Jesús, -al igual
que para los grandes profetas-, la verdadera religión no consiste en ayunar,
sino en practicar la misericordia y la justicia, en levantar al caído y al
abatido, en defender al huérfano y a la viuda... El ayuno estaba muy bien
considerado por los círculos de fariseos y escribas. Por eso se escandalizaron
al ver que los discípulos de Jesús no ayunaban como ellos, y le recriminaban a
Jesús que no inculcara esta práctica a sus seguidores. Jesús otorga un nuevo
sentido a esta antiquísima práctica penitencial. El ayuno no será en adelante
entendido como privación ante el día del terrible Juicio, sino como unión
solidaria con las personas que sufren.
El cristiano vive y muestra un tipo de fe que no
permanece anclada en prácticas de piedad de rancio sabor. La misericordia, el
derecho, la solidaridad serán las manifestaciones de una fe comprometida con la
historia. El cristiano practica la austeridad voluntaria, evita el derroche,
comparte... Se sabe unido a los miles de millones de personas que no disponen
de lo suficiente. Considera como suyos los problemas de los demás...
ALGUNA CURIOSIDAD
EL "YOM KIPPUR"
Ritual antiquísimo proveniente de tiempos anteriores a la esclavitud en Egipto. Era el Día del Perdón o Expiación de los pecados. Los judíos mandaban un cabritillo o cordero hacia el desierto. Este cordero
cargaba con los pecados del pueblo. En
tiempos de Jesús se celebraba con gran
solemnidad. Era el día de ayuno público en
el que todo el pueblo pedía perdón
y ayunaba por sus
pecados.
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