LA PALABRA
Parroquia de Liétor
Iglesia De Santiago Apóstol. Liétor. Albacete
miércoles, 16 de abril de 2025
MIÉRCOLES SANTO
LA PALABRA
martes, 15 de abril de 2025
MARTES SANTO
Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó: «¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».
lunes, 14 de abril de 2025
LUNES SANTO
LA EXPERIENCIA
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domingo, 6 de abril de 2025
EVANGELIO DEL DOMINGO 6 DE ABRIL. SEMANA 5ª DEL TIEMPO DE CUARESMA.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?»
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.»
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, Señor.»
Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»
Jesús equipara la capacidad de amar a la capacidad de perdonar: "a quien poco se le perdona, poco ama" (Lucas 7, 47). Para Jesús, como no podría ser de otro modo, el perdón ha de ser del todo y siempre: "hasta setenta veces siete" (Mateo 18,22). Esa es la meta.
Para poder llegar a la meta, Jesús nos propone estrategias. El tercer domingo de cuaresma (el evangelio de la higuera que no daba fruto) nos presentaba una estrategia para el perdón: "la paciencia y la decisión".
El cuarto domingo de cuaresma (el hijo pródigo) nos proponía un peldaño mas en la exigencia: "saberse poner en lugar del ofensor para poder perdonar la ofensa". Esa es la estrategia del padre bueno.
Este domingo la estrategia no sé si es más blanda que la anterior o, en el fondo, más dura. Porque más allá de la mística de las piedras que nos propone Jesús, lo más ejemplar en este evangelio es la afirmación final: "vete.. y en adelante no peques más".
Esta es la tercera estrategia del perdón: "mirar hacia adelante". Es difícil, porque por una parte somos memoria (pasado) y reclamamos siempre hechos (presente). Pero si no salimos de ese esquema, la experiencia del perdón se vuelve una misión imposible.
Por eso se trata de poner la mirada en el futuro; en el futuro, que no anula el pasado amargo, pero que puede reconducir el presente de las personas (del ofensor y del ofendido).
Me gusta mucho definir la fe como aquella experiencia que nos invita a "ver más de lo que hay", más que lo que aparece. Dicho con otras palabras: la fe es aquella experiencia que nos permite descubrir a nuestro alrededor las posibilidades que están delante de nosotros más allá de la frustración y la impotencia que no pocas veces nos ha causado la realidad.
Qué fue lo que le ocurrió a aquella mujer pecadora es lo de menos; de hecho, Jesús, no la interroga sobre el particular. Él, sin embargo, persona excelente donde las haya, descubrió en ella su posibilidad, su camino por recorrer, su futuro. Ese es el perdón que no supieron ver los hombres cargados de razones (piedras) tan poderosas como hirientes, pero inútiles para recobrar la serenidad y la paz.
domingo, 30 de marzo de 2025
EVANGELIO DEL DOMINGO 30 DE MARZO. SEMANA 4 DE CUARESMA
EVANGELIO
–Ese acoge a los pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta parábola:
Un hombre tenía dos hijos: el menor de ellos dijo a su padre:
–Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.
Recapacitando entonces se dijo:
–Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.»
Se puso en camino adonde estaba su padre: cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y echando a correr se le echó al cuello y se puso a besarlo.
Su hijo le dijo:
–Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Pero el padre dijo a sus criados:
–Sacad en seguida el mejor traje, y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete; porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado.
Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba.
Este le contestó:
–Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.
El se indignó y se negaba a entrar pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Y él replicó a su padre:
–Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.
El padre le dijo:
–Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido, y lo hemos encontrado.