jueves, 15 de agosto de 2024

EVANGELIO DEL JUEVES 15 DE AGOSTO. FIESTA DE LA ASUNCION DE MARÍA.



EVANGELIO
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
–« ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo:
–«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Lucas  1, 39-56
COMENTARIO

Hagamos un ejercicio de imaginación. Imaginemos que tuviéramos la capacidad de habitar dos palmos por abajo de la tierra que pisamos todos los días; imaginemos que no tuviéramos la posibilidad de ver el mundo de color y de luz que habitualmente vemos; imaginemos que nuestra vista fuera únicamente la red de galerías que trazan los gusanillos que habitan esos espacios y que, en vez de árboles, flores y frutos, viéramos únicamente las raíces enterradas de ellos mismos....; imaginemos que alguien en ese contexto nos preguntara, ¿después de ver lo que estás viendo, crees que a solo medio metro de aquí hay un mundo de color y de luz que se apoya, precisamente, en este conglomerado oscuro en el que tu habitas?

No sé cuál sería tu respuesta. Imagino que la de María sería: sí, lo creo. Algo así le dijo Isabel a María: "Dichosa tú que has creído porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá".

Nuestra historia es conflictiva. Hay días que ves luz y días que ves sombra. Hay días que habitas en las tierras "altas" de tu historia, y hay días en los que vagabundeas entre pequeñas e inciertas cavernas, en las que sobrevives resguardándote de las intemperies duras.

Nuestra historia es ambigua. Lo que es una buena noticia para tí, quizás suponga una catástrofe para otros. Y lo que para otros es una "bendición", para tí es una carga pesada que cuánto antes debería pasar.

Pero más allá de esta experiencia vital toda la revelación bíblica a través de sus protagonistas, desde Adán hasta Jesús, pasando por María, se empeña en decirnos que la vida tiene una dirección y un sentido, y que lo definitivo no es la suerte sino tu amor y tu capacidad de entrega.

Vivir desde esa clave es sentir cada día que la aspiración del ser humano es "ser cielo". El cielo no es un lugar, es una manera de ser y una forma de vida, capaz de fecundar de luz los momentos de oscuridad; es una manera de entender la vida en la que tú, des-centrandote (de ti), sientes que aciertas  sembrándo(te) en el otro.

Como dice Melendi (perdón por la cita) "el cielo siempre te estará esperando para cuando tu quieras volar en él"; o lo que es lo mismo, el cielo es una posibilidad de vida que puedes activar cada día en ti; es una forma de vida que depende de tus actitudes cotidianas; tu puedes ser un cielo para el que vive contigo. Depende de ti.

Tengo para mí que esta verdad sobre María (la Asunción) viene  a expresarnos a todos que es posible vivir, encajando la vida cada día (y nuestras pequeñas muertes diarias), con buen talante. 

No son pocas las veces que las infidelidades de todo tipo, los orgullos, los egoísmos, los sin-sentidos… (¡vamos, la cara B del vivir!)…todo eso…nos pasa factura; y nos convertimos en personas tristes “poco asumptas”, y con un mirada cariacontecida, más propia del sepulturero  que de la comadrona. Se trata de elegir cuál de estos oficios quieres ejercer.

Aquella mujer del campo de Galilea, María, en constante deuda de incomprensión con su hijo, probablemente tuviera la dicha de dar por bien empleada su vida , más allá de lo complicado que debió ser para ella ser madre y discípula de un hijo “encantado” y “encantador”.  Ser madre y discípula, así, y no morir en el intento, quizás fuera el mejor indicativo de que aquella mujer se “ganó el cielo”  -dicho en expresión popular-: “dichosa tu que has creído, porque lo que ha dicho el Señor se cumplirá”.




1 comentario:

  1. Gracias por compartir lo que crees y ser un buen testigo

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