domingo, 13 de marzo de 2022

EVANGELIO DEL DOMINGO 13 DE MARZO. SEMANA 2 DEL TIEMPO DE CUARESMA.




EVANGELIO
En aquel tiempo Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. 
De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: “Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. No sabía lo que decía.
Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: “Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle”. Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio, y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
Lucas  9, 28-36

COMENTARIO

Desde que comenzó la cuaresma llevamos afirmando que cada persona tiene una historia de fragilidad a la que conviene ponerle nombre de vez en cuando. Esta historia, nos humaniza.

Pero también necesitamos de momentos de claridad. Momentos desde los que atisbar el sentido de nuestros pequeños pasos, poder resistir en nuestras perplejidades y recuperarnos de nuestros fracasos. Algo así debió ser para los discípulos el momento de la transfiguración. Ver "desde arriba" el mapa de la propia vida supone un empujón en ocasiones más que necesario.

Es cierto que la puesta en escena de la escena de la transfiguración de Jesús (Moisés, Elías, el brillo, la nube...) debió magnificarse a la hora de la redacción del texto. Pero Jesús debió sentir y mostrar a sus incondicionales varios acontecimientos de marcada lucidez a lo largo de su vida. Esos momentos, sin duda que fueron oasis oportunos en contextos de árido seguimiento.

De hecho, también nos pasa a nosotros algo parecido. No pocas veces, si fijamos la atención en la vida y en las personas que nos rodean descubrimos matices, diferencias y perfiles que nos pasan desapercibidos a primera vista. Si no fuera por esos momentos de asombro la vida dejaría de ser novedad.

Otras veces, es la búsqueda de una hondura y una profundidad en nuestras relaciones personales lo que nos permite aparcar nuestros prejuicios sobre el otro, y entonces comprender lo incomprensible y perdonar lo imperdonable, nos permite volver a poner la confianza en la vida.

Y también "estar por encima" de ciertos conflictos, "pasar página" después de una herida y "mirar en un instante" pasado, presente y futuro de algo o alguien, quizás nos libere de cansancios, fatigas y desengaños.

Y entonces la vida, resulta "transfigurada", porque pasa la figura de "lo que es" y apostamos por la figura de "lo que puede llegar a ser".

1 comentario:

  1. Mi vida y la vida de las personas que nos rodean .Prestarles atención también nos enriquece y ayuda a comprenderla. Salir de uno mismo ,en definitiva .¡ Gracias !

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