domingo, 28 de noviembre de 2021

EVANGELIO DEL DOMINGO 28 DE NOVIEMBRE. DOMINGO 1 DE ADVIENTO

 


EVANGELIO

En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: "Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustias de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación." "Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por la preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improvisto sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre."

Lucas   21, 25-36
COMENTARIO

Nuevamente aparece el lenguaje "apocalíptico". 
Era un intento narrativo para poder explicar todo lo que la vida tiene de tensión, incertidumbre y contradicción.

Pero lo decisivo del texto es contemplar cómo la imagen del "Hijo del Hombre" "viniente", llega para liberar. Para sus discípulos, el Galileo llegaría para "liberar" y dar sentido.

La propositividad del Dios judeo-cristiano, ya en aquella época, contrasta con los intereses de los dioses de otra época que vivían contra el ser humano y no "para el ser humano".

Para el seguidor de Jesús, Dios será el que "se pone de nuestra parte" (se acerca vuestra liberación) y devuelve la dignidad perdida (levantad la cabeza... estar en pie delante del Hijo del Hombre).

Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida el mensaje ha de entenderse en sentido manifiestamente esperanzador.

Efectivamente, la vida no pocas veces es un rompecabezas. Nos cuesta descubrir el sentido de lo que se nos aparece en ocasiones fragmentado, roto desconectado... y porqué no  decirlo, bajo la apariencia de frustración.

La tentación de instalarnos en un fragmento y decir ¡qué bien se esta aquí! o su contrario -según te vaya la feria- , ¡no puedo más y aquí me quedo!, no deja de ser una posibilidad.

Ahora bien, la perspectiva cristiana invita a salir del fragmento y a "levantar las miras". Cuesta, sin duda, pero estamos urgidos a poner nuestros cinco sentidos en el intento de una vida que pretende conjugar la armonía con la tensión.

Por eso la vida es más vigilancia que contemplación y más atención que indiferencia. Y de estas opciones se nutre nuestra fe.


_________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión.