domingo, 3 de enero de 2021

EVANGELIO DEL DOMINGO 3 DE ENERO. TIEMPO DE NAVIDAD



EVANGELIO

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra habla vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, ,que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.”» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Juan   1, 1-18


COMENTARIO

Por tercera vez leemos este bello prólogo del evangelio de San Juan en este tiempo de Navidad. En este domingo, quizás haya que leer este texto a la luz de la primera lectura en la que aparece un elogio de la SabiduríaJesús es la Sabiduría. Esta sería una buena interpretación para hoy. 

 

Los evangelio de la infancia con la estética de la gruta, el pesebre y los pañales, permiten reconocer en tales signos la fragilidad de Jesús. Fragilidad que sin duda se convierte en fuerza seductora.

 

Sin embargo, en el texto de hoy, Jesús aparece más como Palabra-Sabiduría. Jesús es el Sabio por excelencia.

 

Qué significa ser sabio. Dese luego que los sabios de todos los tiempos son expertos en conocer. Pero no es suficiente tener conocimientos para ser sabio. El sabio es el que siente, el que saborea, el que pone gusto a la vida y le saca el gusto a la vida.

 

Es curioso, la palabra "sabio" y "sabor" proceden de la misma raíz. Hay una sabiduría propio del sabelotodo que resulta saturante, por no decir abominable, tal y como lo expresa el libros de eclesiástico en la imagen que ilustra este comentario.

 

Sin embargo, hay un saber que es más propio de aquellas personas que ven al tiempo la realidad y sus matices. Ser sabio es mirar con hondura la vida y a la personas que la habitamos. 

 

Ser sabio es saborear lo que cada uno aportamos sabiendo que lo propio es siempre parcial, y que en lo de todos se encuentra la lucidez.

 

En el fondo, el sabio, se siente pobre, o quizás más bien humilde, porque ha llegado a la convicción de su insignificancia y su precariedad.

 

Por eso, la fragilidad del Pesebre y la sabiduría del Logos, son una misma cosa porque necesitan ir unidas.

 

En esta peculiar navidad no vendría mal preguntarse por el perfil de nuestra sabiduria: la que es propia de nuestro "saberlo todo" perfilándolo de vanidad cuando no de terquedad, o más bien la que se nutre de vivir con una "mente y un corazón abiertos" a las intemperies que casi siempre nos sobrepasan.

 










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