jueves, 15 de octubre de 2020

SANTA TERESA DE JESÚS. EL EVANGELIO DEL 15 DE OCTUBRE.



EVANGELIO
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Mateo   11, 25-30
COMENTARIO

No se quién dijo, aunque creo que lo hizo desde una prisión nazi, que un cristiano maduro no es el que recurre al dios todopoderoso para que lo ayude en su angustia y necesidad, sino aquel que le anuncia, asumiendo en el oficio diario de vivir, la misma impotencia, sufrimiento y ausencia de Dios que Jesús sintió en la cruz. Es decir que tenemos un "derecho al cansancio y al agobio" porque la ambigüedad de lo humano y lo cotidiano "cansa".

¿"Carga ligera" o "carga que aligera? No se ponen de acuerdo los intérpretes y traductores; para que luego digan que el griego es una "lengua muerta". Personalmente me gusta más eso de "carga que aligera". ¿Es posible eso?, ¿existen realmente cargas que aligeran?. 

Anoche me vino a la cabeza la imagen de un paracaídas, ciertamente, si funciona, eso es una carga que aligera, que no te exime del contacto con la tierra y de la maestría en el aterrizaje, además del susto de la caída, pero aligera !vaya que si aligera!

Santa Teresa de Jesús, a quien recordamos hoy, tiene un fragmento memorable en el Libro de la Vida, donde afirma que los confesores de entonces (algunos al menos) se dedicaban a agobiar y a echar fardos pesados sobre los demás. Un buen aviso el que nos da la santa para que huyamos de aquellos "pseudoacompañantes" de la fe que "inquietan mucho" y hacen sufrir; leed el texto si tenéis un rato. 

Felicidades a las Teresas.

Texto:
No entiendo estos miedos, ¡ demonio, demonio ! donde podemos decir ¡Dios, Dios! y hacerlos temblar. Qué es esto. Es sin duda que tengo mas miedo a los que tanto miedo le tienen al demonio que a él mismo porque él no me puede hacer nada; y estos otros, en especial si son confesores, inquietan mucho y he pasado algunos años de tan gran trabajo que ahora me espanto como lo he podido sufrir.

(Libro de la Vida, XXV, 22)


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