viernes, 7 de junio de 2024

EVANGELIO DEL VIERNES 7 DE JULIO. FIESTA DEL CORAZÓN DE JESUS.


EVANGELIO
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Mateo  11, 25-30

COMENTARIO

Cada vez que aparece en el evangelio la expresión "carga ligera" o "carga que aligera" (depende de la traducción), me viene a la cabeza una feliz intervención personal ante un grupo de costaleros que me persigue desde que salió de mis labios.

Quería transmitir yo que más allá del peso objetivo de los tronos en las Semanas Santas, el costalero vive tal momento con la sensación de que es un "peso que no pesa". Ciertamente la paradoja no es mía; para los que vivimos ya en tiempos de una cierta nostalgia, le plagié a la cantante Ana Belén dicha expresión de su canción Agapimú.

Pues, salvando las distancias, esta es una de las paradojas de la religión cristiana: es un peso que no pesa; o dicho en palabras de Jesús: es una "carga que aligera".

Jesús no concibe la religión como un suplemento costoso de la vida. Para él es expresión de humanidad; de plena humanidad. Ua religión que no nos haga más humanos es falsa; es un ídolo.

Una religión que no nos facilite la vida y la haga plena, una religión que no combata lo férreo de la vida, no es la religión anunciada por Jesús.

Por eso, en muchos casos he dicho que la religión, antes que experiencia mística (verticalidad) es una experiencia ética (humana horizontalidad). Y por esto mismo ha de ser experiencia estética, es decir, que debe "dar gusto" vivirla.

Expresiones tales como "hay que hacer lo que Dios manda", habría que desterrarla de nuestro vocabulario. El Dios que revela Jesús no "manda" ni se "impone", sólo sugiere e invita.

No hace mucho, proponía yo ( es un decir) que habría que hablar más que de los "Diez Mandamientos", de las "Diez Persuasiones". La raíz de la palabra persuadir significa algo que es "dulce y agradable", y desde luego, está muy relacionada con la palabra "suavidad".

Creo que los evangelizadores de hoy, para ser "nuevos" de verdad, tendríamos que volver a recuperar esta originalidad cristiana perdida durante tantos años de cristianismo imperial, hoy ya raquítico.

"Yugo llevadero y carga ligera"; sólo así podremos hablar del "gusto" de ser cristiano. Lo contrario nos coloca en el dis-gusto de lo de siempre.






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