domingo, 21 de mayo de 2023

EVANGELIO DEL DOMINGO 21 DE MAYO. LA ASCENSIÓN DE JESÚS.



EVANGELIO
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».

Mateo 28, 16-20

COMENTARIO


A los cuarenta días de la Pascua es cuando bíblicamente se sitúa el acontecimiento de la Ascensión.

Más allá de la literatura que rodea a los textos, el sentido de dicho acontecimiento viene determinado por el momento vital que debió vivir aquella primera comunidad de discípulos.

El número "40" sabemos que en el pensamiento bíblico significa regeneración y nueva vida. Y esta es una de la notas características  de esta fiesta. 

La comunidad de discípulos toma conciencia de que les ha llegado el tiempo de su misión. Ellos son ahora los que han de llevar a cabo lo aprendido con el maestro de Galilea.

La memoria de Jesús moverá vida y el testimonio de la comunidad. Esta comunidad es el "nuevo cuerpo de Cristo". 

Por tanto, no se tata de vivir con la mirada puesta en el cielo; se trata más bien de ser "fieles a la tierra" y a la misión que tienen delante de ellos cada día. Llenar la vida de la "humanidad" que aprendieron de Jesús, será su gran tarea.

Aunque no pocas veces los comienzos de aquella Iglesia debió pasar por situaciones conflictivas y laberínticas, la Ascensión vendría a suponer la certeza de que merecía la pena continuar ese modo de vida.

Cuando traemos el evangelio al hoy de nuestra vida creo que este es un testimonio que nosotros podemos acoger. Vivir "pegados a la tierra" y al día a día, nos puede hacer perder el horizonte de sentido de la fe cristiana y de la propuesta de Jesús. 

Sin embargo, "ascender", es decir, "ver las cosas desde arriba" (como cuando subimos a un avión, o vemos una ciudad desde su punto más alto) nos permite ver un orden que "desde abajo" nos resulta contradictorio, caótico y un tanto "perdidizo".

La ascensión es, visto así, el acontecimiento que revela la esperanza que sustenta nuestra vida y nuestras opciones.


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