lunes, 17 de abril de 2023

EVANGELIO EL LUNES 17 DE ABRIL. SEMANA 2 DEL TIEMPO DE PASCUA.



EVANGELIO
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: - «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.» Jesús le contestó: - «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.» Nicodemo le pregunta: - «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer? » Jesús le contestó: - «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»

Juan   3, 1-8

COMENTARIO

Escribe la siempre genial Mª Dolores Aleixandre, que Jesús era experto en "abrir rendijas". Me ha venido a la cabeza esa expresión porque precisamente esto es lo que dice ella de Nicodemo. Jesús se coló en la vida de Nicodemo por una "rendija" que consiguió abrirle.

Lo dice ella mejor:"A Nicodemo, que protegía bajo luna blindada su suficiencia erudita, le preguntó con nocturnidad y alevosía: “Nicodemo, ¿te imaginas naciendo de nuevo sin recordar tus viejos saberes?”. Y le provocó una fisura en su cristal."

El tal Nicodemo, un representante de la intelectualidad moderada del judaísmo de entonces, parece ser que era un hombre inteligente y bueno. 

Su bondad la atestigua el querer acercarse a Jesús pese a la peligrosidad de tal decisión. Su inteligencia, sin duda, consistió en dejarse abrir esa fisura, a modo de rendija, en su bien pertrechaba vida.

¿Recordáis la ventanas de antes? Me refiero a aquellas ventanas de madera que, por muy cerradas que estuvieran, siempre dejaban pasar un hilillo de luz y de aire bastante incómodo, por cierto, en las noches de invierno. ¡Nada que ver con las de aluminio de ahora, que son fieles aliadas de la eficiencia energética!

Tengo para mi que "nacer de nuevo" poco tiene que ver con renovaciones totales de la vida o con esa maldita expresión de "empezar de cero".

"Nacer de nuevo" poco tiene que ver con anheladas y pretendidas transformaciones estructurales del mundo, también del eclesiástico. ¡Tardan tanto en cambiar las estructuras, que uno muere en el intento!

Nacer de nuevo quizá consista en "abrir rendijas", con pequeñas y sanadoras acciones, que nos permitan intuir y disfrutar de aquello que nos gustaría que fuera.

Nacer de nuevo es no dejar de mirar tu corazón con misericordia y dar gracias, no tanto por el latido de ayer, sino por el que has sentido hoy, en la esperanza de que esa sencilla experiencia, ¡latir!, también seguirá mañana.

Nacer de nuevo es no asquear de la vida; ... y vivir. Simplemente eso.


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