domingo, 22 de septiembre de 2019

EVANGELIO DEL DOMINGO 22 DE SEPTIEMBRE. SEMANA 25ª DEL TIEMPO ORDINARIO.


EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido." El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa." Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Éste respondió: "Cien barriles de aceite." Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien fanegas de trigo." Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta." Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que habla procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.»
Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo dará ?
Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Lucas   16, 1-8

COMENTARIO

Es compleja la interpretación del evangelio de hoy. El “contexto cultural” es imprescindible para su significación. 

En tiempos de Jesús, el administrador de un hombre rico (generalmente un terrateniente) era algo más que un encargado de los criados. Tenía poderes para hacer toda clase de transacciones: arrendar tierras, conceder créditos, liquidar deudas, llevar la contabilidad, etc. Según la práctica corriente, el administrador podía hacer préstamos de las propiedades del dueño, por los que recibía una comisión, que no siempre figuraba en los documentos. 

¿Por qué elogia el amo al administrador? No por la falsificación de cuentas, que podía ir incluso contra la Ley de Yahvé, sino por su sagacidad para congraciarse con los deudores, restándolo de su propia comisión; comisión de la que él vivía y que no pocas veces era excesiva. 

Probablemente quisiera Jesús advertir a su auditorio de que al dinero no hay que dotarlo de un poder tal que llegue a enfrentar a las personas. Puesto a tener que utilizarlo, lo más sensato es que sirva para acercar a las personas más que para separarlas.

Donde entonces era solo dinero, hoy podríamos añadir, ideas, ideologías, convicciones, sentimientos , manías, prejuicios... cada día estamos rodeados de todo eso, y no podemos permitir que ese conglomerado de acontecimientos sirva para distanciarnos a las personas. 

Hoy es un buen día para preguntarme qué es lo que últimamente me está separando de los demás; qué es lo que ha producido que la distancia con quienes consideraba amigos se agranden, hasta el punto de llegar a ser poco más que que conocidos educadamente relacionados. Pues... eso que ha causado la distancia, sin querer, lo he convertido en un ídolo, porque "no se puede servir a dos amos".

Cuando se absolutiza algo y se endiosa, ya estamos sembrando distancia. Nadie es más digno que nadie.La dignidad es algo sustantivo a todas personas. Cuando a la persona le añadimos  "dignidades" ( en plural) convertimos a esta en un adjetivo letal para las relaciones personales porque se nos vuelve un ídolo. Y entonces favorecemos la distancia, el orgullo, la insensatez.

Para el cristianismo, Dios es lo único absoluto. Y habiéndose encarnado lo divino en el humano Jesús, cada persona humana es la mas bella imagen de Dios. 


El drama no es "o Dios o el dinero"; el dilema es "o la persona o el dinero, o la persona y la ideología, o la persona y el territorio, o la persona o..."

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