jueves, 1 de agosto de 2019

EVANGELIO DEL VIERNES 2 DE AGOSTO. SEMANA 17ª DEL TIEMPO ORDINARIO.


EVANGELIO
En aquel tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: «¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» Y aquello les resultaba escandaloso.
Jesús les dijo: «Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.» Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe. 

Mateo  13, 54-58

COMENTARIO

Jesús despertaba la fe, no hay duda. Pero también es verdad que generaba incredulidad. 

De hecho, el mayor problema que tiene Jesús para ser “creíble” es que todo en él es “normal”, es decir, es el "carpintero" que "convive con nosotros aquí"

Jesús tuvo que “hacerse creíble”, nadie le ahorró ese camino, y, según consta en el evangelio de hoy, en ocasiones no lo consiguió. Y es que la credibilidad ha sido siempre un problema para las religiones en general y para la Iglesia en particular.

Al encontrarse con un Jesús tan normal desconfiaban de él.  Pero no viene mal preguntarse la razón de tal desconfianza. Sinceramente, yo creo que la desconfianza de aquella gente ante Jesús venía marcada por el miedo. 

Normalmente vemos lógico que nos juzgue un superior (un padre, una madre, un maestro, un jefe); y llega un momento, incluso, que ese “juicio” te da igual porque acabas pensando… “cosas de madre”, “el jefe manda”,  … "¡qué va a decir el obispo!”

Ahora bien…. que te juzgue uno que es igual que tu, eso ya ... cambia. Hay una “cercanía peligrosa” que te asusta, quizás porque ante ella no caben los parapetos y las etiquetas y exige de ti una respuesta sincera. Y a ciertas edades de la vida las respuestas sinceras se indigestan.

Yo creo que este es un sentimiento clave en el evangelio de hoy: la cercanía. Jesús sería todo lo Todopoderoso que fuera, todo lo Altísimo que pudiera, todo lo Señorisísimo que le reconocieran… pero Jesús fue sobre todo “cercanía peligrosa” porque tenía la habilidad de colocar a las personas con las que se encontraba ante su propia verdad…y eso, casi siempre asusta y espabila.

En Jesús, su normalidad y pequeñez, revela lo sobresaliente de Dios.

Cuando traemos este evangelio al “hoy de nuestra vida” personalmente me plantea qué religión favorezco yo: una religión “distante”, de incienso bien-oliente y ascendiente, o una religión “peligrosamente cercana” que llama a la actitud crítica.

Y de lo que no cabe ninguna duda es que en el modo de vida "cristiano", la fe se nutre de nuestra capacidad para admirarnos por el callado día a día. Porque los milagros cristianos no son apabullantes signos divinos, sino más bien, atentas y agradecidas miradas a la realidad de cada día. 

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