domingo, 28 de julio de 2019

EVANGELIO DEL DOMINGO 28 DE JULIO. SEMANA 17ª DEL TIEMPO ORDINARIO.


EVANGELIO
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
–Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
El les dijo:
–Cuando oréis decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.»
Y les dijo:
–Si alguno de vosotros tiene un amigo y viene durante la medianoche para decirle: 
«Amigo, préstame tres panes, 
pues uno de mis amigos ha venido de viaje 
y no tengo nada que ofrecerle.»
Y, desde dentro, el otro le responde: 
«No me molestes; la puerta está cerrada; 
mis niños y yo estamos acostados: 
no puedo levantarme para dártelos.»
Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros: 
Pedid y se os dará, 
buscad y hallaréis, 
llamad y se os abrirá;
porque quien pide, recibe, 
quien busca, halla, 
y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Lucas  11, 1+13


COMENTARIO

Decía Esquilo, insigne representante de la tragedia griega, que "cuando una persona tiene voluntad y entusiasmo, los dioses son sus aliados". Algo así expresa Jesús en el Evangelio de hoy.

Si os dais una vuelta por la primera lectura de hoy, y luego leemos en evangelio, nos damos cuenta cómo el Maestro de Galilea propone un itinerario a la gente de su tiempo a la hora de "vérselas" con Dios. Y así sugiere pasar del "regateo" con dios, a la "confianza" absoluta" en Él.

Es como si Jesús dijera: “No dudes nunca de que Dios está de tu parte”.


…Porque no siempre entendió el judaísmo eso. Hay una especie de “línea editorial” del judaísmo antiguo que venía a defender que dios “nos pone a prueba”, a ver hasta donde resistes, para comprobar nuestra resistencia. 

Tradicionalmente la iglesia decía que existía una “ira medicinal de dios”; es decir, dios se enfada “metódicamente” contigo para que tu te des cuenta de algo y espabiles. Pensar así y seguir creyendo, a mi juicio, es una heroicidad. Yo no podría. Esto de que dios te “pone pruebas” a ver si las pasas, se parece más a una yinkana espiritual con final feliz que a un itinerario vital lúcidamente recorrido.

Es decir, yo no podría pensar que dios me ofrece “una serpiente o un escorpión” para que me entrene en el “manejo” del mal, eso sí, a sabiendas de que al final , en el mejor de los casos, me encontraré con una pescado o un huevo. 

Jesús aniquila esa manera de pensar. El Dios que anuncia Jesús, no puede ser así, porque un dios así es además de im-presentable, caprichoso.

Por tanto, el “pedid y se os dará”, el “buscad y hallaréis”, el “llamad y se os abrirá” es una “manera de decir” que “Dios está de nuestra parte” porque realmente no puede “estar en otra parte”. 


Y así, este texto de hoy, ni de lejos nos invita al “cansineo orante” ni a una especie de práctica de “mendicidad espiritual organizada”; se trata, más bien, de sentirte cada mañana como si Dios “te pusiera en la vida”, "habiéndotelo dado todo" para que tú "puedas darlo todo", porque hay mucha gente que ese día te pedirá, te buscará y te llamará.

Como muy bien indica Jesús, rezar, pidiendo, no nos convierte en orantes pasivos a la caza de la gracia que nos cae del cielo. Pedir, como su nombre indica, significa "ponerte en camino", "buscar" y "llamar", a sabiendas que de que al otro lado de la puerta habrá alguien para abrir.

Y lo que es más decisivo; Jesús advierte que creyente, no es solo el que "llama", sino el que ha aprendido a "estar detrás de la puerta" por si alguien, a media noche, se le ocurre importunar ("se levantará y le dará cuanto necesite").


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