domingo, 2 de septiembre de 2018

PARROQUIAS DE ALCADOZO Y LIÉTOR. EVANGELIO DE DOMINGO 2 DE EPTIEMBRE. SEMANA XXII DEL TIEPO ORDINARIO




EVANGELIO
En aquel tiempo se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras (es decir, sin lavarse las manos).
(Los fariseos, como los demás judíos no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los letrados preguntaron a Jesús:
–¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen tus discípulos la tradición de los mayores?
Él les contestó:
–Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
En otra ocasión llamó Jesús a la gente y les dijo:
–Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro del corazón del hombre salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.


Marcos 7, 1-23

COMENTARIO

No hay otra manera de entender el evangelio de hoy si no lo hacemos desde las "costumbres y tradiciones" judías. 

Lo que plantean los judios "de orden" a Jesús no es una cuestión higiénica (comer o no con las manos sucias), sino que se trata de algo más nuclear para su cultura. Se trata de obedecer o no a la Ley de Dios. 

Los judíos eran especialistas en convertir cuestiones ordinarias (preceptos humanos) en problemas religiosos (preceptos divinos).

Y esto es lo que les critica Jesús: que no pongan a Dios por testigo de algo en lo que Dios ni entra ni sale. 

Comer con "manos limpias" como mucho, es una cuestión higiénica, pero nunca puede convertirse en un precepto divino. 

En el hoy de nuestra vida también seguimos cometiendo este error. Las expresiones "hacer las cosas como Dios manda", "llevar más razón que un santo", o "que sea lo que Dios quiera", al fin y al cabo no es más que una nueva forma de poner a dios (con minúscula)  por testigo de algo que, en ocasiones, tiene mucho más que ver con nuestras opiniones, nuestra manera de ver la vida, nuestros prejuicios o nuestras manías.... y en ocasiones con nuestros intereses.

Y lo más grave es cuando alguien, desde un púlpito, se convierte en el "llevador" (porta-voz) de dicha voluntad de Dios. Cuando eso ocurre, las barbaridades que en ocasiones se oyen son proporcionales a la imbecilidad (en sentido bíblico) del gestor religioso.

La propuesta sensata (sensible) de Jesús es evidente. No juzgues nunca los exteriores ni desde el exterior. Entra en tu corazón antes de juzgar a nada ni a nadie para descubrir la autoridad que resiste tu "hablar", e intenta también, en el mismo instante, comprender el corazón del hermano (sus motivaciones y situaciones más hondas) antes de considerarlo cumplidor o no de la voluntad de Dios.





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