lunes, 20 de agosto de 2018

PARROQUIAS DE ALCADOZO Y LIÉTOR.EVANGELIO DEL LUNES 20 DE AGOSTO, SEMANA 20 DEL TIEMPPO ORDINARIO



EVANGELIO
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
Él le preguntó: «¿Cuáles?» Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.»
El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?» Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente conmigo.» Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.


Mateo  19, 16-22
COMENTARIO

"Dejarlo todo y seguirle"... pero ¿para qué? ¿Que haría el joven ex-rico tras las huellas de Jesús? Caminar y caminar, escucharle...  El texto no deja de ser un poco contra-cultural para las costumbres de la época.

Porque para un judío las riquezas no eran individuales, eran familiares. Y para un judío las riquezas no eran un inconveniente para la salvación, más bien eran, signo de salvación. Si tu vida era próspera era porque Dios te bendecía. Tierras, hijos, y dinero eran signo de la bendición de Dios.

En el diálogo con el joven próspero, Jesús "revoluciona" la visión judía cuestionando uno de los dogmas más seguidos por el pueblo, desde que el padre Abraham saliera de Ur de Caldea en busca de descendencia y tierras. 

Jesús invierte el modelo. No se trata de buscar ni descendencia ni tierras, se trata de dejar a la familia y las riqueza e irse con él. El joven no lo entiende. Toda la vida pensando que su prosperidad era bendición de Dios y ahora es un inconveniente para seguir a Dios. 


En el fondo el joven no le sigue porque evidentemente no se fía de la inversión de valores propuesta por Jesús. Por si fuera poco, Jesús viene a decirle que la Ley que cumple es insuficiente, ¡nada menos que la Ley de Dios! ¿En qué quedamos? ¿Acaso no había aprendido eso desde pequeño el joven en las escuelas rabínicas del lugar?

Desde Jesús la prosperidad en lo material no es signo de bendición, al revés, es un inconveniente para  el seguimiento. Para Jesús la bendición es la no-apropiación de lo material, el desposeimiento... o como decíamos hace unos días, la pérdida. De hecho así dicen que vivían las primeras comunidades cristianas, donde nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía.

De igual modo, para Jesús, la familia es algo más que una conexión genética. Familia es el espacio vital que nos envuelve y al que me debo y sirvo; prójimo es todo aquel que se me acerca y al que me acerco.

Sorprendentemente Jesús no suele nombrar a la familia de sangre en su máxima de amor que, como sabemos, es "ama a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser, y al prójimo, como a tí mismo.

Para Jesús la continua "salida" de si mismo, el "vaciamiento" constante, ése es el modo de vida. 

Hay dos tipos de libertad, la del que hace lo que quiere porque tiene de todo y elige como quiere; y la del que, vaciado de sí mismo hace lo que quiere porque nada le pesa.


La primera libertad es fruto del tener y esclava del poseer; la segunda es fruto del ser y esclava del amar. 

Elige ...









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