jueves, 5 de julio de 2018

PARROQUIAS DE ALCADOZO Y LIÉTOR.EVANGELIO DEL JUEVES, 5 DE JULIO, SEMANA XIII DELTIEMPO ORDINARIO

Y

EVANGELIO
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla.
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados.»
Algunos de los escribas se dijeron: «Éste blasfema.»
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados –dijo dirigiéndose al paralítico–: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad. 

Mateo  9, 1-8

COMENTARIO

Lo políticamente correcto y lo culturalmente deseable en aquel tiempo, hubiera sido aceptar la “condena” divina de confinar al “inframundo” de los enfermos a aquel que por pecador había “devenido” en paralítico” (ya sabéis que para un judío del siglo I la enfermedad era consecuencia del pecado”. 

Pero Jesús provoca con su bondad: “pudiendo un hombre ser feliz (libre de pecado) y sano (libre de enfermedad) ¿a qué viene esta continua “etiqueta divina de pecador?”…-digo yo que se preguntaría Jesús.

Y la provocación de su bondad fue blasfemia para unos ( “algunos de los escribas se dijeron, este blasfema”), y milagro para otros (“al ver esto la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios que da a los hombres tal potestad”) ¡Cuánto importa la mirada con la que observamos la realidad cada día! 

Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida hemos de preguntarnos sobre varias cuestiones. En primer lugar: ¿cuál es el discurso de nuestra mirada?, o dicho con otras palabras, ¿hasta que punto mi manera de ver la vida, sin querer, objetivamente encasilla, margina y condena?

En segundo lugar, ¿en nombre de que tradiciones, pre-juicios y a-patías (desaires del corazón), creamos un submundo de personas que caracterizamos como culturalmente nocivas y políticamente discutibles?


Decían los ateos de antes -los de ahora no son ni siquiera ateos como Dios manda- que dios era la proyección humana de lo más noble que tiene el ser humano en su interior. ¡Ojala fuera así!... Porque en ocasiones, sin querer…claro… convertimos en divino lo más agrio e insensible de nuestro corazón.



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