Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discipulos y les dijo: «Me da lástima de esta gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos.»
Le replicaron sus discípulos: «¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para que se queden satisfechos?»
Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?»
Ellos contestaron: «Siete.»
Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discipulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discipulos y se fue a la región de Dalmanuta.
Le replicaron sus discípulos: «¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para que se queden satisfechos?»
Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?»
Ellos contestaron: «Siete.»
Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discipulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discipulos y se fue a la región de Dalmanuta.
Marcos 8, 1-10
Es la
segunda multiplicación de los panes que aparece en el evangelio de Marcos. La
referencia a la Eucaristía cada vez que aparece una mesa compartida y
un pan re-partido es más que evidente.
Lo distintivo de esta "segunda multiplicación" se encuentra en dos
detalles aparentemente no centrales: por una parte el "número 7"
que aparece reiteradamente; por otra parte el "contexto" en el
que ocurre, en territorio no-judío.
En la anterior multiplicación (Marcos 6, 30-42) el evangelista jugaba con
los números 5 y 12. En el texto de hoy, el número utilizados es el 7.
"Cinco" son los Libros de la Ley para el judío (el Pentateuco), que
ha alimentado a las "Doce" Tribus de Israel. Jesús es el nuevo
alimento, que supera a la Ley porque es más saciante y que da de comer
hasta sobrar, de nuevo, "Doce" canastos, en clara alusión al
nuevo pueblo de Dios, los Doce Apóstoles. Para más pistas,
la primera multiplicación se realiza en tierra judía.
Sien embargo en el texto de hoy, el numero "Siete", indica
plenitud y perfección. La tierra en la que se realiza esta multiplicación
es tierna pagana, no-judía. Quiere expresar que Jesús, el nuevo alimento,
ha roto las estrechas miras judías y ha convertido su Pan y su Palabra, en
Pan y Palabra para todos. Al fin y al cabo, se trata de una nueva manera
de expresar el mensaje que hace unos días nos transmitía la
mujer siro-fenicia.
Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida con estas "claves
abiertas", creo que nos pone en la pista de una manera de interpretar
la vida en la que no parecen tener cabida las
"puertas cerradas", los "códigos estrictos", y
los "corazones estrechos".
Urge poner la lupa sobre nuestra realidad social y eclesial, y detectar
donde estamos bloqueando la posibilidad de dignidad y felicidad de muchas
personas; poner nombres y apellidos a esas situaciones, y multiplicar por
"7", parece ser la "solución de Jesús".
PD. Y si quieres conocer el santo de hoy, pulsa aquí
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