sábado, 24 de febrero de 2018

SÁBADO DE LA 1ª SEMANA DE CUARESMA. EL EVANGELIO DEL 24 DE FEBRERO


EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»

Mateo 5, 43-48

COMENTARIO

“Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”… Alguna vez he comentado que, en tiempos, esta frase hacía sentirme molesto. Es la conversión, la conversión como actitud, lo que a mi juicio constituye la predicación central de Jesús. Pero esta llamada a la perfección atosiga la conversión.

Ahora bien, profundizando en la frase y, sobre todo, en el contexto en que es dicha, tengo la sensación de que la perfección de la que habla Jesús no es el perfeccionismo de aquellas personas que se presentan como dioses, aunque se quedan solo en el papel de divos o divas insoportables y de dudosa calidad humana. 

La llamada a la perfección que hace Jesús vendría ser algo así como si nos dijera "no te quedes a mitad de camino...finaliza tu proyecto, poco a poco, de menos a más, en el intento siempre de completar tu vida".

Esto a veces es costoso porque vivir consiste en encargarse de la ambigüedad. Decir vida y decir ambigüedad es decir una misma cosa. Igual que es absurdo pensar en un sol que sólo sale para buenos, o una lluvia que sólo cae para justos, es absurdo pensar la posibilidad de una vida exenta de contradicciones de cualquier índole. La vida se predica en lo que tiene de bendición y de maldición.

Por eso, un buen proyecto vital es, asumiendo la ambigüedad, poner todo lo que en nuestras manos y en nuestra creciente voluntad esté para dotar de sentido nuestro actuar cotidiano.

Esto fue lo que hizo Jesús. Nosotros no creemos en él al margen de su vida; creemos en él, en su intento cotidiano de la vida y en su pasión por vivir. Eso es lo que constituye la memoria de nuestra fe.

"Sed perfecto, como vuestro Padre celestial es perfecto", al fin y al cabo es escuchar de Jesús la llamada a no desfallecer nunca en el intento de crecer cada día, llenando nuestra ambigua humanidad de sentido.

Pd. El santo de hoy desde la leyenda que lo presentamos, ya nos avisa de que una la vida nunca estuvo exenta de conflictos, y aunque muchos de ellos pueden quemarte, hacerte cargo de ellos es ya liberación, redención, resurrección. Pulsa aquí para escuchar 🆙

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