sábado, 20 de enero de 2018

VIERNES DE LA SEMANA 2ª DEL TIEMPO ORDINARIO. EL EVANGELIO DEL 19 DE ENERO


EVANGELIO

En aquel tiempo, Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que él quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios. Así constituyó el grupo de los Doce: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges –los Truenos–, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Celotes y Judas Iscariote, que lo entregó.

Marcos 3, 13-19
COMENTARIO

Es llamativo que en el Nuevo Testamento se utilizan dos palabras para designar al "mal": demonio y diablo. Todavía no he conseguido adivinar la clave que está en la base de utilizar una u otra palabra. Y  no debemos pasar por alto que en el envío misionero de hoy, presente en la elección de los discípulos de Jesús, la misión de los enviados consiste en "predicar" y en "expulsar demonios".

Puestos  a elegir a mí me gusta más el diablo que el demonio. Ea! Ciertamente son dos palabras de raíz distinta. "Demonio”, viene de "daimon",. y que viene a significar algo así como "genio", una especie ángel travieso en las religiones no cristianas. "Diablo" significa "lo que sale con violencia" y hace daño.


Probablemente, hace dos mil años, aquellas gentes creyeran en seres de ultratumba radicalmente malos que nos visitaban y nos poseían: las llamadas "fuerzas del mal". Ese pensamiento es válido hace dos mil años... ya digo. Hoy, esa manera de pensar, ya no es intelectualmente decente.

Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida, quizás nos sería más útil pasar de lo "novelesco" del relato a lo real. El grupo de los seguidores de Jesús, entonces y ahora, tiene dos funciones: predicar, es decir, anunciar la manera de vivir de Jesús, sus valores; y por otra parte expulsar "diablos", es decir, allí donde estés intentar erradicar todo aquello que crea violencia y división entre las personas, léase, el orgullo, la soberbia, el egoísmo, la envidia, la violencia... 

Ciertamente todas esas actitudes, realmente humanas, nos rompen interiormente (nos poseen) y nos lanzan (eso significa la palabra "balo" en griego) hacia los demás con violencia.

Dicho de otra forma: a los que se apuntan o se dejan apuntar a la lista discipular de Jesús se les  invita al bien-decir y al buen-hacer.



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