En aquel tiempo, Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que él quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios. Así constituyó el grupo de los Doce: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges –los Truenos–, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Celotes y Judas Iscariote, que lo entregó.
Marcos 3, 13-19
COMENTARIO
Es llamativo que
en el Nuevo Testamento se utilizan dos palabras para designar al
"mal": demonio y diablo. Todavía no he conseguido adivinar la clave
que está en la base de utilizar una u otra palabra. Y no debemos pasar
por alto que en el envío misionero de hoy, presente en la elección de los
discípulos de Jesús, la misión de los enviados consiste en "predicar"
y en "expulsar demonios".
Puestos a elegir a mí me gusta más el diablo que el demonio. Ea!
Ciertamente son dos palabras de raíz distinta. "Demonio”, viene de
"daimon",. y que viene a significar algo así como
"genio", una especie ángel travieso en las religiones
no cristianas. "Diablo" significa "lo que sale con
violencia" y hace daño.
Probablemente, hace dos mil años, aquellas gentes creyeran en seres de
ultratumba radicalmente malos que nos visitaban y nos poseían: las
llamadas "fuerzas del mal". Ese pensamiento es válido hace
dos mil años... ya digo. Hoy, esa manera de pensar, ya no es
intelectualmente decente.
Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida, quizás nos sería más útil
pasar de lo "novelesco" del relato a lo real. El grupo de los
seguidores de Jesús, entonces y ahora, tiene dos funciones: predicar, es decir,
anunciar la manera de vivir de Jesús, sus valores; y por otra parte expulsar
"diablos", es decir, allí donde estés intentar erradicar todo aquello
que crea violencia y división entre las personas, léase, el orgullo, la
soberbia, el egoísmo, la envidia, la violencia...
Ciertamente todas esas actitudes,
realmente humanas, nos rompen interiormente (nos poseen) y nos lanzan (eso
significa la palabra "balo" en griego) hacia los demás con violencia.
Dicho de otra forma: a los que se apuntan o se dejan apuntar a la
lista discipular de Jesús se les invita al bien-decir y al buen-hacer.
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