sábado, 20 de enero de 2018

SÁBADO DE LA SEMANA 2ª DEL TIEMPO ORDINARIO. EL EVANGELIO DEL 20 DE ENERO


EVANGELIO
En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discipulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.
Marcos 3, 20-21
COMENTARIO


Breve pero expresivo es el evangelio de hoy. Las primeras actuaciones públicas de Jesús provocan discusión en los más próximos a él. La expresión "no estaba en sus cabales" es suficientemente evidente.

No cabe duda de que Jesús fue un exponente "contracultural" del momento. Ya lo dijo el anciano Simeón el día de la circuncisión de Jesús: "...este será bandera discutida, para que muchos corazones se aclaren ante él". ¡Vaya que si se aclararon! 

Lo que sucedió es que, como le ocurriera a todos los grandes profetas, los poderes de su tiempo acabaron con el elemento "contracultural" en forma proporcional a la conflictividad socio-religiosa que representaba.

Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida, caemos en la cuenta de cómo el cristianismo tiene en su entraña una cierta conflictividad que lo hará crítico de las sociedades donde esté implantado. 

Un cierto inconformismo como talante vital, y la esperanza como valor existencial, han de ser dos características que nunca deben olvidar quienes pretenden mantener viva la memoria de Jesús .

Por eso, más allá de los inequívocos logros sociales del cristianismo, a la larga, nunca le fue  bien a la Iglesia cuando se llenó de privilegios y dejó de ejercer la tarea crítica que le correspondía. 

Muy al contrario, la Iglesia se fortaleció allí donde tuvo que estar ejerciendo el "aguante" y llenando  de "humanidad" modelos de sociedad que, en aras de la "tradición" o del "progreso", olvidaron lo único que puede ser normativo en la vida: la persona humana, su armonía cósmica y su felicidad. 


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