EVANGELIO
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó:
–Señor, ¿serán pocos los que se salven?
Jesús les dijo:
–Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: «Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois.» Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas.» Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados.»
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.
Uno le preguntó:
–Señor, ¿serán pocos los que se salven?
Jesús les dijo:
–Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: «Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois.» Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas.» Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados.»
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.
Lucas 13, 22-30
Hasta el “gorro” debía estar Jesús de los
sabiondos judíos. “¿Serán pocos los que
se salven?”, preguntó un judío, …eso sí, con la certeza de creer tener ya
el pasaporte para la eternidad asegurado. El buen Jesús vino a decirle al docto
muchacho: “pasarás… pero el último… por presuntuoso” ( es decir, por tonto).
Yo creo que este es el contexto cultural
desde el que hay que leer el texto. Jesús en principio, pretendería anunciar
una vida que ya está salvada desde el origen, basta no estropearla. Por eso, vendrán
del Norte y del Sur, de Oriente y Occidente (hasta de Cádiz -Tarsis- según la
primera lectura), y sin pedir el pasaporte de procedencia pasarán al reino de
la vida. Los judíos, sin embargo partían de la convicción de que sólo ellos
estaban en disposición de heredar la tierra; por defecto todos los demás
estaban destinados al fracaso.
La inversión de papeles que suscita Jesús
en aquella primitiva sociedad traía incalculables dosis de “trastorno social”. Obviamente,
eliminar al “trastornador” era el camino más corto para erradicar la disfunción
social con la que amenazaba el maestro de galilea.
Cuando traemos el texto al hoy de nuestra
vida hay que resignificar los “papeles”. O dicho más finamente, hay que hacer
un nuevo “reparto de roles”. Hay gentes en nuestra Iglesia y en nuestras
comunidades creyentes que parten siempre
con un déficit de positividad preocupante; para ellos la vida consiste
en levantarse por la mañana con la idea de que el mundo ya está mal; se trata de
hacer méritos para “redimir” un poquito ese lastre pesado que llevamos. Las
vida, así, a mi juicio, es insoportable.
Yo para mi que el mensaje de Jesús nos
invita a levantarnos por la mañana con otra talante, con “buen talante”. El
origen de la palabra “talante” es genial: vendría a significar algo así como
que “empiezas el día con crédito”, no con un lastre. No lo estropees. Ganaríamos
en humanidad y en sentido común si todos, cada día, partiéramos con el positivo
de ese crédito.
Quizás entonces, al estilo de Jesús, no
se nos ocurriría poner dudas sobre la “salvación”, estableciendo listas de
prejuicios delirantes, excluyentes y marginantes. Más bien entraríamos en esa corriente
de esperanza inaugurada por Jesús, que invita a la confianza: “vengas de donde
vengas, y vengas como vengas…. aquí tienes tu sitio… mal que le pese al “judío mediocre de turno”.
Eso sí –diría Jesús- “tendrás que soportarlo al lado… porque pese a sí mismo…. también
tendrá su sitio …. Si quiere….
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