En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.»
Marcos 6, 1-6.16-18
COMENTARIO
Es este un evangelio infinitamente comentado. La verdad es que no se que más decir. Os dejo esta "arenga cuaresmal" y más abajo los comentarios de estos años pasados. Buena Cuaresma!
Un año más, la Cuaresma. Ante nosotros, a
diario, por las páginas de la Escritura que leeremos, desfilaran unos curiosos
personajes. Por ejemplo, Isaías, el profeta que nos avisa del peligro de un
ayuno triste que sólo valga para cumplir con el canon eclesiástico, pero que en
nada afecte a los que no llegan a final de mes, o a los que les falta lo imprescindible
para vivir con la sensata dignidad de poder trabajar y comer por el día y descansar
al anochecer. Si nuestro ayuno no consigue algo de esto, mejor dejarlo, porque
ofendería al propio Dios siendo la más actual expresión de ayunar entre riñas y
disputas dando puñetazos sin piedad.
También Jonás, ¿lo recuerdan?, ese que se
lo tragó por lo visto una ballena. El hombre, además de piadoso, era miedoso,
pero sobre todo era orgulloso. Y esa mezcla de piedad, miedo y orgullo nos hace
“perder la cabeza” y volvernos insoportables hasta para nosotros mismos. ¡Pobre
Jonás, cumplir, cumplió! Pero va el hombre y se enfada con Dios porque decidió
ser Dios misericordioso. Una cuaresma que no nos haga más misericordiosos con
las situaciones que necesitan de misericordia entrañable, es una blasfemia que
no se si merecerá de actos de desagravio, pero que indudablemente nos coloca en
el papel de jueces de todo, eso sí, vaciados de verdad.
Un año más, la Cuaresma, y aunque es muy
socorrido el canto típico de este tiempo y que consiste en pedirle a Dios que
“nos perdone” y que no esté “eternamente
enojado”, yo optaría más por anunciar a un Dios que de Belén al Calvario,
decidió estar “permanentemente enamorado” de cada uno de nosotros. De lo
contrario no podríamos explicarnos la querencia que tuvo por el pesebre y por
la cruz.
AÑO 2015 •••
AÑO 2014 •••
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