sábado, 5 de septiembre de 2015

SÓLO 1 MINUTO, SÁBADO

EL RABINO



Le intrigaba a la comunidad judía de aquella ciudad el que su rabino desapareciera todas las semanas la víspera del sábado. Todos le consideraban un buen judío y presentían que el sábado no realizaría ningún trabajo, tal como estaba mandado por la religión judía, sino que se dedicaría a la oración y la contemplación de Dios.

Sospechando que el rabino se encontraba en secreto con Yavé, encargaron a uno de sus miembros que le siguiera y fuera testigo de sus encuentros con Dios… así podrían considerarle como un santo.

Y el “espía” comprobó que el rabino, llegado el sábado, se disfrazaba de campesino y atendía a una mujer pagana paralítica, limpiando su cabaña y preparando para ella la comida del sábado.

Cuando el “espía” regresó, la comunidad judía le preguntó:

“¿Adonde ha ido el rabino? ¿Le has visto ascender al cielo?”.


“No”, respondió el otro, “ha subido aún más arriba…”

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