sábado, 11 de julio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY Y MAÑANA, 11-12 DE JULIO


EVANGELIO
En aquel tiempo llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió:
–Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Marcos  6, 7-13

COMENTARIO

De nuevo otro “texto de envío”… más lo siento yo… que tengo que decir las misas…Es broma. Pero como veis, al final la Biblia no es ese libro tan “gordote” e inabarcable. En la Biblia, como en todo hay palabras y Palabras. Lógicamente la Iglesia siempre lo ha sabido y por eso, lo fundamental se repite mucho, lo secundado, en ocasiones, ni se nombra.

Hoy, como “oyentes avispados” de la Palabra, os propongo un pequeño acertijo. ¿Obseváis alguna diferencia “de bulto” (un poco chocante) entre el texto de Marcos de hoy y el de Mateo del jueves. Si queréis “jugar”, comprobadlo antes de seguir leyendo. Des de aquí podéis accede al texto.
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Comprendo que algunos seáis muy adultos y no estéis para juegos. Pero sí, efectivamente, ¿en qué quedamos? –podríamos preguntarnos- ¿podían los apóstoles llevan sandalias y bastón, o no? El “Jesús de Mateo” lo prohíbe, sin embargo, el “Jesús de Marcos” lo autoriza. La cuestión podría quedar en anécdota si lo fuera, pero no lo es.

Me explico, este es un ejemplo de cómo el evangelista, dependiendo de quién tiene delante “acomoda” el mensaje. Lo que importan no son las sandalias sino el “valor” que el evangelista da a las sandalias. Dependiendo de los códigos culturales del lugar un símbolo puede resultar significativo y otro no.

El evangelio de Mateo está escrito para judíos que están planteándose la conversión al cristianismo, y el “listo” de Mateo, a sabiendas del valor que tiene el ir descalzo (tal y como vimos el jueves), utiliza ese símbolo referido a la “evangelización”; pretende establecer continuidad entre el “judaísmo y el cristianismo” para hacerlo llevadero. ¡Qué listo era Mateo, por dios!

San Marcos, escribe para gentiles, es decir no-judíos, gente sin-religión o con otra religión de corte “pagano” según los cánones del momento.  A Marcos la “continuidad” le importa lo que a mí las ofertas de aceitunas; más aún, probablemente Marcos suponía que la “obligación de “ir descalzos” provocaría rechazo, por la incomodidad, entre los paganos. Pues, en esta ocasión , el “listo de Marcos” remarca que se pueden llevar “sandalias”.

La anécdota se convierte en “estrategia evangelizada calculada”. De tal forma que lo importante es lo importante: “predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”. En esto coinciden Marcos y Mateo. Por tanto, la primera conclusión del Evangelio de hoy es que hemos de saber “priorizar” en el anuncio del evangelio lo que es “primero” y lo que es “segundo”. Nos volvemos maniáticos cuando nos “obsesionamos” con cuestiones que son absolutamente secundarias y nos olvidamos del mensaje central del Evangelio. ¡Cuánto pedigrí litúrgico y cuánto uso arcaico del lenguaje en nuestras celebraciones “echan para atrás” a personas culturalmente “distantes” de nuestra “jerga católica”!

Y en segundo lugar. Creo que es fundamental otro matiz del texto de hoy. Lo del envío “de dos en dos” parece indicar la “entraña de comunidad” que está presente ya en el evangelio. No quería Jesús “grandes líderes” sino “experiencia significativa de comunidad”.

Y esto es importante, puesto que la “experiencia de comunidad” no es solo medio, sino fin. El fin es “posible” si el medio es “adecuado”. Pongamos un ejemplo: el agua es un “valor” indispensable para la vida; ahora bien el agua si no fuera en-cauzada convenientemente no cumpliría su fin, más aún podría convertirse en catástrofe.


Llamémoslo como queramos: “comunidad cristiana”, “experiencia de comunidad”, Iglesia”, “Parroquia”, Testimonio de los cristianos” ¿será por nombres?  -da igual- lo determinante es afirmar que cualquiera de estas manifestaciones se convierten desde la primera página del evangelio en cauce indispensable. Los creyentes somos “cauces” para la Verdad y el Sentido de esta historia de fe.

PD: Os "debo" una reflexión sobre "José", hijo de Jacob, otro de los Padres fundadores de la patria judía. Su historia la hemos leído la semana pasada en las "primeras lecturas". Un día de estos os lo envío. La culpa del retraso.... el tiempo....¡el dichoso tiempo!








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