lunes, 20 de julio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY, 20 DE JULIO. LUNES DE LA SEMANA XVI

EVANGELIO
En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un signo tuyo.»
Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.»
Mateo 12,  38-42


COMENTARIO 
Indudablemente se trata de una joya de texto el que nos ofrece la liturgia de la Palabra de hoy. Es verdad que codificada con los cánones culturales judíos, pero que, descodificándola, nos abre una perspectiva religiosa tan actual como urgente a la hora de sanear nuestra imagen de Dios.

Un signo, los fariseos piden un signo; no deja de ser curioso que sean fariseos los que exigen este signo, siendo ellos hombres de fe probada por el estricto y exterior cumplimiento de la ley. La respuesta de Jesús es atronadora, y dicha en pocas palabras es como si Jesús dijera: "el signo soy yo, mi manera de vivir, mi manera de ser, mi manera de perdonar, mi manera de actuar, mi manera de acompañar, mi manera de morir... y si no os convence...buscad por otro sitio".

Nuestra sociedad es muy de signos. Nuestros smartphones, nos han introducido en ellos a través de la multitud de iconos que pueblan sus pantallas. Tener un icono es tener "algo", estar a la última. En el fondo, un icono en nuestro móvil es garantía de seguridad.Y es que eso es lo que hace el "signo", darnos seguridad. 

Lo que ocurre es que esta seguridad es irreal y además enfermiza. Irreal, porque si no tienes conexión a internet ya podrás tener todos los iconos que tengas que no hay nada que hacer; y enfermiza, porque el ser humano es más que un icono, y Dios, evidentemente, más que un signo. Una religión enfermiza es la que ha reducido a Dios a un signo, a una imagen, a una estatua, e incluso a una acción que me convenza a mi y sólo a mi.

Decimos en nuestro credo que Jesús murió por nosotros y por nuestra salvación; "por nosotros", no "para mi"; "por nuestra salvación", no "para mi" exclusiva salvación. Hay una gran diferencia entre el Dios entregado "por nosotros" y el dios (con minúscula) que quiero que sea "para mi". 

Cuando exigimos una señal,  "dios para mi", ya nos hemos alineado con los grandes ateos de la historia, porque llegará el momento en que si no hay señal "para mi" me veré en el derecho de declarar inútil a Dios. En el fondo eso fue lo que dijo Nietszche: "Dios ha muerto. Parece que lo han matado los hombres".















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión.