EVANGELIO
En aquel tiempo los Apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:
–Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
–Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
COMENTARIO
Hace
unos años, el magnifico cómico Rafael Álvarez “ El Brujo”, representando el “Evangelio según San Juan”, provocaba la
sonrisa de los asistentes a su propuesta escénica, cuando venía a afirmar que a
Jesús era difícil de seguirle no por su mensaje, si no porque no paraba de
caminar y de moverse puesto que, según los evangelios, su vida era un “ir y
venir” constante, mareante para el común de loso mortales. Según él, hubiera
tenido más éxito si se hubiera “quedado quieto”
El
evangelio de hoy es buena prueba de ello. Parea una vez que “invita” a descansar
a sus discípulos… la multitud le sigue y no tiene más remedio que interrumpir
su descanso. Cerca de Cafarnaún existe un apacible lugar
de abundante vegetación. Está regado por siete manantiales que le otorgan
verdor. Los griegos denominaron al lugar «Eptapegón», que significa «siete
fuentes». Con el paso de los años el lugar vino a denominarse «Tabgha», que es
una deformación del nombre griego pronunciado en árabe. Probablemente Jesús se
dirigía a este lugar con los apóstoles realizando un breve recorrido marítimo.
Mientras Jesús va en barca, la multitud se dirige a pie por la ribera del Mar
de Galilea.
La lectura que
“tradicionalmente” se ha hecho de este texto es que Jesús también tenia lugar y
tiempo para “el descanso”, para “revisar su misión”. Y si ya nos ponemos muy
“espirituales” vendría a significar la “legitimación teológica” de las
vacaciones.
Bueno… más allá de estos
estériles excesos interpretativos, lo que sí que parece que nos ofrece el texto
es la necesidad de re-leer la vida de vez en cuando para re-ligarla con las
intuiciones que diariamente nos guían.
A veces, siguiendo la
propuesta interpretativa del “El Brujo”, nos puede dar la sensación de que nos
pasamos buena parte de nuestro tiempo “decidiendo” hacer cosas sin
cuestionarnos el “sentido” de la decisión. O a lo mejor sí que nos los
cuestionamos pero no acertamos a “disfrutar” con nuestras decisiones.
Creo que el evangelio de
hoy es una llamada a no perder nunca de vista los necesarios “res” de nuestra vida: re-leer lo que
hacemos para re-ligarnos a lo que nos funda y nos sostiene.
Esto no significa
“aislarnos” de nada; entre otras cosas porque no se puede (“de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel
sitio y se les adelantaron”. Creo que en algún momento (no lo encuentro en este momento) ya hemos
escrito sobre la “experiencia de la soledad”; no es una “soledad apartada”, es
una “soledad habitada” donde “re-suenan”, con serenidad, todas aquellas
personas y acontecimientos que alteran nuestra vida.
Al
fin y al cabo “en dejarnos alterar” consiste buena parte de nuestra “identidad creyente”
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