sábado, 23 de mayo de 2015

DOMINGO DE PENTECOSTÉS. EL EVANGELIO DE HOY Y MAÑANA, 23-24 DE MAYO



EVANGELIO
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
–«Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
–«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. »
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
–«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. »

Juan 20, 19-23
COMENTARIO
…Un pecado no mortal, sin tratamiento terapéutico (es decir, sin penitencia), pero que convierte la fe en una experiencia frustrante, y la religión, así entendida, en un flato de la voz (por decirlo con cierta finura…)

Del modo que antecede podríamos “titular” el comentario al evangelio de hoy. Ya se que es un poco largo, pero es que este sábado y domingo de elecciones y comuniones creo que como no provoque un poquito más de lo habitual me quedo sin entradas en el blog.

¿Que de qué pecado hablo? Pues de este tan normal de ser “cristiano no practicante”. Desde luego quien inventara esta “categoría”, la bordó; porque “nos viene bien” a todos. Cuando uno ve en el barómetro del CIS de febrero que se consideran en España católicos el 69%...pues ¿qué queréis que os diga?...además de darnos con un canto en los dientes, incluso nos “armamos” de razón sociológica para “defendernos” de los que “nos cuestionan”. Pero, ¡ojito! que para los que somos un poco “obsesos” de la estadística, en el 2012 la cifra era del 75%.; seis puntos de descenso en tres años, es para preocuparse.

Pero bueno, a lo que íbamos que me pierdo en los “prólogos”. Visto lo visto está claro que todavía somos tantos por la dichosa posibilidad de ser “católico no practicante”. Es absurda esta posibilidad, pero real. Ser católico no practicante es como ser cocinero sin cocina, poeta sin verso o amante sin amor, por ejemplo. Y no me digan que esto no es frustrante.

El Evangelio de hoy (que por otra parte ya lo comentamos con el “hacer”  de Tomás), viene a decirnos que es frustrante una fe “sin espíritu”, es decir, en permanente noche oscura, recluida y miedosa (“al anochecer…con las puertas cerradas…por miedo a los judíos”).

Éste es un gran problema que tenemos en nuestra Iglesia, “ser católicos no practicantes”, es decir creyentes sin espíritu”. Ya se que algunos me diréis que no es lo mismo, admito el desafío, y estoy dispuesto a argumentar (en otro lugar, claro). Pero estoy dispuesto a justificar que lo que más daña “el espíritu” de nuestra religión no es la indiferencia de muchos o la negación de unos cuantos, si no el “no ejercer” -no practicar- de creyentes, aún confesándonos como tales. Y esto es un “cristianismo sin espíritu”.

Resulta que Jesús, en aquel improvisado cenáculo, dice el texto que “exhalo su aliento (espíritu)”. Y con ese aliento les comunica tres actitudes: paz, misión (tarea), y capacidad para reconciliar; es decir todo, menos pasividad (“no practicante”).

La Paz; que ya sabemos que no es “tumbarse a la bartola”, sino “sabernos acogidos” incluso en nuestras contradicciones y dificultades, sabernos, por tanto, comprendidos y confiados  más allá de nuestros ocasionales desánimos.

La Misión, la Tarea (“así también os envío yo”), es decir, la “práctica”, porque resulta que la “fe” no es una “teoría”, sino que es una “praxis”, una “práctica”, un “hacer”. De ahí lo definitivo del “testimonio”, o lo que es lo mismo, has de ser “concinero con cocina”, “poeta con verso” y “amante con amor”.

La capacidad para Reconciliar; no sé quien ha dicho que el creyente tiene que ser un “cauce” en la vida para tantas cosas… Buena parte de nuestra vida nos la pasamos buscando a gente que nos merezca la pena. La gente que merece la pena es gente que es “cauce”, “guía”, “referencia” para algo. En la primitiva iglesia, y en la de ahora, la “reconciliación”, la “capacidad para sumar y no restar”, “la maestría en ser inclusivos y no exclusivos” es una bonita manera de “acoger al Espíritu.


Bueno, para acabar, si en Navidad aprendimos que Jesús es “Dios-con-nosotros”; en Pentecostés “caemos en la cuenta” de que el Espíritu es “Dios-desde-nosotros”.

PD: Por cierto ¿quiénes son los personajes femeninos que pintó el Greco en su famosa escena de Pentecostés que ilustra nuestro comentario de hoy?

2 comentarios:

  1. La Virgen María y Santa María Magdalena, pero se supone que no estaban o al menos el evangelio no las nombra. ¿Porque el Greco las incluye en esta pintura que representa la escena de Pentecostés?

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  2. Si pasamos la vida buscando gente que merezca la pena.yo en usted y en sus palabras he encontrado el cauce y la guia para seguir adelante.GRACIAS

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