sábado, 18 de abril de 2015

EL EVANGELIO DE HOY Y MAÑANA, 18-19 DE ABRIL

EVANGELIO
En aquel tiempo contaban los discípulos lo que les había acontecido en el camino y cómo reconocieron a Jesús en el partir el pan.
Mientras hablaban, se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo:
–Paz a vosotros.
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
–¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
–¿Tenéis ahí algo que comer?
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
–Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mi, tenía que cumplirse.
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
–Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.

Lucas   25,  35-48

COMENTARIO


…Y todos se sumaron a la fiesta del “tacto”. No me digáis que, aunque sea por unos segundos, no resulta agobiante “no tener sensibilidad”. Cuando duermo, debo entablar cada noche una batalla campal con las sábanas y, en ocasiones, me despierto a media noche con el brazo o la mano dormidos. Son segundos, pero ¡qué agobio!, la falta de sensibilidad “ante sí mismo” resulta angustiosa.



Por comparación, me puedo imaginar cómo tuvo que vivir aquella primera comunidad esa “falta de sensibilidad” del Resucitado, de ahí que si la semana pasado la Palabra personalizaba este problema en Tomás, el evangelio de esta tarde y mañana lo aplica a toda la comunidad.

En el Evangelio de hoy da la sensación de que Jesús organizó de pronto esa “fiesta de los sentidos” dando rienda suelta al tacto cuando dijo: “¡palpadme y daos cuenta de que no soy un fantasma!” Os remito al comentario del jueves de la semana pasada porque ya comentamos este texto y la “ciencia bíblica” desde ese día hasta hoy, creo que no ha avanzado mucho.

Pero como si no sigo escribiendo un poco más me vais a llamar perezoso, me atrevo a ofrecer otra perspectiva complementaria a la anterior. Vamos a ver, ya que los textos bíblicos nos lo permiten ¿por qué no nos atrevemos a “juguetear más con los sentidos”?

Es curioso, una vez resucitado Cristo, da la sensación de que todas las actuaciones extraordinarias de Jesús con sus discípulos, tienen que ver con los sentidos: les habla al oído y les escuchan, sin identificarlo; se les muestra a través de la vista, pero no lo re-conocen; se ofrece para que le “palpen”, pero no acaban de creerlo, y….. como un último intento en el evangelio de hoy, Jesús Resucitado intentar re-conquistar a estos discípulos por el “gusto”: “¿tenéis ahí algo que comer… y comió delante de ellos”. ¡Asombroso!

El “gusto” es un concepto extraño; tiene que ver con la comida, pero no sólo. Tener gusto es “tener estilo” o “no perder las maneras”; tener “gusto” es saber extraer de las cosas su “mejor vista”; tener “gusto” es “estar a gusto”, disfrutar. Disculpad los entendidos en lingüística por si me dejo alguna interesante acepción.

Es curioso, la experiencia más delicada y mas exquisita, el gusto, la deja Jesús Resucitado para los más alejados, los más incrédulos, lo más duros. Quizás se me “vea venir” un poco…pero me reservo para el día del Corpus… Total no falta tanto.

Bien podría ser este itinerario pascual como un proceso que supone “el despertar de nuestros sentidos” o dicho con otras palabras: será que la gran propuesta del Resucitado supone, entre otras cosas, el atrevimiento a ensayar cada día una “nueva sensibilidad ante la vida”.

Oir, ver, tocar, gustar…falta el olfato. Pero todo se andará. Buen fin de semana.

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